Capítulo 96.

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NARRANDO LEDRA.

Volvemos al hotel, él se mete directo al baño, lo noto extraño, no sé qué le ocurre pero es mejor dejarle solo, necesita su espacio.

De repente suena mi móvil, es Alicia y lo cojo.

LLAMADA TELEFÓNICA.

— Tía, juro que iba a llamarte —Me rio— no he tenido tiempo.

— Necesito contarte algo.

— ¿Estás llorando? —Pregunto preocupada.

— Han secuestrado a Jesús.

— ¿¡Qué?!

Salgo rápidamente para que Daniel no escuche nada y se vuelva completamente loco, es capaz de volver.

— Si —Llora— lo único que me piden para dejarlo libre es decirles que Dani está vivo.

— Dime que no has dicho nada, debe haber otra solución, llama a Raúl, él tiene muchos hombres a sus órdenes.

— No sé si sigue vivo Ledra —Pongo la mano en mi boca y niego con la cabeza.

— Hey, está vivo, es Jesús ¿Vale? Jesús no se dejaría vencer así.

— Está secuestrado Ledra, estará golpeado y débil, no puedo dejar de pensar.

— ¿Has llamado a Dani? Dime que no le has hecho ninguna llamada.

— No Ledra, no he llamado a Dani, te he llamado a ti ¡Para qué me digas qué hacer!

— No lo sé joder —Digo nerviosa.

— Raúl creará un tiroteo y tengo miedo de que Jesús salga herido, aún tiene reciente la operación.

— Raúl vuelve mañana, dile que coja un vuelo rápido para que llegue en la madrugada Alicia, no podemos permitir que Jesús salga herido o muerto.

— ¿Y qué puedo hacer?

— No digas que Dani está vivo ¿Vale? Es lo que quieren, si lo dices matarán a Jesús igual solamente para hacer daño a Dani, ambas lo sabemos.

Escucho la puerta abrirse, Dani se asoma y alza la ceja.

— He oído mi nombre. —Dice él.

— Estoy hablando con Alicia, le estoy contando como ha ocurrido todo.

— Oh, dile que le diga a mi hermano que lo quiero pronto por aquí, salido de esa mierda.

Alicia sigue llorando, cojo aire para no llorar yo y suspiro.

— Alicia, ya sabes lo que tienes que hacer ¿Vale? Hablamos después.

— Vale.

CUELGO.

Dani me mira frunciendo el ceño, me acerco a él y lo abrazo, él me rodea con sus musculosos brazos llenos de tatuajes, acaricia mi cabeza y volvemos dentro.

— ¿Todo bien con Alícia? ¿Qué es eso qué tiene qué hacer?

— Tiene un pequeño retraso, ya sabes.

— Oh —Dice tocando su nuca.

— Pero ambas estamos seguras de que no es lo que piensas.

— No sé si mi hermano desea ser padre pero no sé, Alicia es muy pequeña.

— Si bueno, pero seguro que no está embaraza.

— ¿Te pasa algo más? —Agarra mi rostro.

— No, nada más.

Nuestro amor es animal. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora