Capítulo 104.

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NARRANDO LEDRA.

Cojo las instrucciones del test, miro el test de embarazo tras leerlas y aunque en parte es un gran alivio.. me siento mal al saber que es negativo y que no estoy embarazada.

Sabía que si salía positivo habría muchísimos problemas, Dani no quiere ser padre, su pasado no le permite dar ese gran paso y tiene miedo de no poder ofrecerle a su hijo lo que él nunca ha tenido.

— Niña fresa ¿Estás bien? —Pregunta desde fuera dando golpecitos a la puerta.

— Si -Respondo nerviosa.

Lo tiro todo a la basura, seco mis lágrimas e intento actuar como si nada aunque por dentro no esté nada bien.

Salgo, él está esperándome apoyado en la pared con un cigarro en la mano.

— Hola. —Me sonríe— ¿Todo bien? —Toca mi rostro.

— Si, todo genial. —Respondo fingiendo algo que en realidad no es cierto.

— ¿Quieres qué vayamos a dar un paseo?

— Quizás más tarde.

Se dirige al interior del baño y yo me pongo delante dejándolo un poco confuso.

— ¿Se puede saber qué haces? —Ríe.

— ¿Dónde vas?

— Al baño, quiero lavarme los dientes —Me aparta- estas muy rara.

Entra, me apoyo en el marco de la puerta, él me mira de reojo y sonríe mientras agarra el cepillo de dientes.

— Si quieres un beso pídelo.

— Si quisiera un beso te lo robaría.

— ¿Y estás segura de qué te permitiría besarme?

— Puedo probarlo.

Me da un beso llenándome de pasta de dientes y ríe achinando los ojos, me encanta cuando hace eso.

— Se ha acabado la pasta.

— Yo la tiro.

— Ledra se perfectamente donde está la papelera, relájate.

Cierro los ojos en cuanto se acerca a la papelera para tirar la pasta de dientes.

— Joder.

— Dani, puedo explicártelo.

— ¿Un test de embarazo? —Pregunta con la voz temblorosa.

— Yo.. es que olvidé tomarme la pastilla y tengo un retraso de nada.

— ¿Y? ¿Qué significa?

— Puedes estar tranquilo, no estoy embaraza.

Puedo ver como su cuerpo automáticamente deja de estar tenso y su acaba aliviado sentado en la taza del retrete.

— Casi me da algo. —Confiesa él.

— ¿Tan horrible sería para ti?

— Ahora no es el momento para sacar el tema otra vez.

— Tienes razón, eso ya está olvidado.

Agarra mi muñeca, odio que me conozca tanto.

— Confiésalo Ledra, no pasa nada, tú nunca olvidarás nada porque tú si quieres tener hijos.

— Somos jóvenes, tal vez con el tiempo cambies de opinión..

— Tal vez, no descarto nada ¿Pero y si no es así? ¿Y si nunca quiero tener hijos? Tienes que pensarlo todo antes de casarte conmigo.

Nuestro amor es animal. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora