NARRANDO LEDRA.
Me detengo, se que lo está diciendo para conseguir que me aleje de él pero sus palabras duelen, duelen como un puñal clavado en el pecho.
— Repítelo mirándome a los ojos.
— ¿Eso quieres? —Pregunta.
— Si, eso quiero. —Respondo.
Se acerca a mi, miro sus ojos, aunque un poco borrosos por causa de las lágrimas.
— Solamente te quería para follar. —Dice mirándome a los ojos— No te quiero.
Trago saliva, paso por su lado, él se queda donde estaba y yo subo al coche, me niego a mirarle una sola vez más.
— Ledra. —Jesús intenta detenerme.
— Llévame a casa, si quieres después puedes volver, no me importa. —Murmuro.
— Llévala. —Insiste Daniel.
— ¡Deja qué se vuele la cabeza con esa pistola al muy cobarde! —Grito.
Jesús sube al coche, me lleva a mi casa, me mantengo todo el camino callada, seco mis lágrimas, él de vez en cuando me mira pero yo no lo hago.
— Hemos llegado. —Me dice triste.
— Gracias.
— Espera —Le miro— ¿Estás bien?
— Genial.
Bajo del coche, entro en mi casa sin mirar atrás y empiezo a llorar.
NARRANDO DANIEL.
Estoy sentado en el césped, mirando a la nada, inclino la cabeza hacía arriba y rompo en llanto. De repente aparece Jesús, se sienta a mi lado y me mira esperando una explicación.
— Le has hecho daño. —Reclama.
— Lo sé.
— ¿Y te quedas así? ¿Sin más?
— Si.
— ¡Reacciona! —Me grita.
— ¿Para qué?
— Dile que la quieres como no has querido a nadie en toda tu puta vida. —Agacho la cabeza.
— No.
— Has sido un miserable con ella.
— ¡Déjame en paz! —Le grito lleno de lágrimas.
— Quizás dije que ella estaría mejor sin ti —Le miro— pero tú estarás peor sin ella.
— Me importa una mierda lo que digas en este momento, solo quiero estar aquí, mirando a la estúpida nada.
— ¿No vendrás a casa? —Pregunta.
— Esa no es mi casa.
— No tenemos otra.
— Tenemos pasta de sobra para tener otra, no necesitamos la caridad de esos señores.
— Son nuestros padres adoptivos. —Me río irónicamente.
— ¡Basta! ¡No son nada! Han traído a las dos personas que más odiamos ¡Quieren repararnos cómo si fuéramos objetos!
— Si, tienes razón.
— Vete tú, yo no volveré a pisar esa casa.
— Me quedo contigo.
Saca dos cigarros, le cojo uno, ambos lo encendemos y le damos varias caladas.
— ¿La has dejado en su casa? —Junto la valentía para preguntárselo.
— Si. —Responde.
— ¿Estaba muy mal?
— Ella quería disimularlo pero no ha podido.
— Es mejor así. —Aseguro.
NARRANDO LEDRA.
Entro en mi habitación, me tumbo en la cama, pongo la almohada en mi rostro y rompo en llanto, golpeo la almohada varías veces hasta que me quedo dormida por causa del agotamiento.
— Hija ¿Estás bien? Siempre te levantas la primera. —Pregunta mi madre.
— Me siento mal. —digo sin apenas ánimo.
— ¿Quieres qué llame al doctor? —Me pregunta preocupada.
— Solo es un resfriado, me visto y bajo a desayunar.
— No, hoy quédate en cama.
Besa mi cabeza, seguidamente se marcha, me pongo boca arriba y miro al techo. Entran mis hermanos, se tumban a mi lado y empiezan a molestarme.
— Mamá dice que está enferma. —Le dice Lorenzo a Matías.
— Será una excusa para no ir a clase. —Se ríe.
— Sois idiotas. —Les digo.
— ¿Has llorado? —Pregunta Lorenzo sentándose a mi lado.
— El resfriado también me ha afectado a los ojos.
— Somos mayores para saber que has estado llorando, solamente nos llevamos un año. —Añade Matías.
— Casi dos.
— Bueno, casi dos.
— ¿Algún chico te ha hecho daño?
— No —Sonrío falsamente.
— Vale mucho bruja, muchísimo.
— Es verdad.
Les acaricio la cara, a veces son insoportables pero les quiero, son mis pequeños hermanos idiotas.
— Gracias idiotas, sois maravillosos pero solo cuando queréis.
— Te adoramos hermanita. —Murmura Lorenzo.
— Aunque seas una gruñona. —Bromea Matías.
Ambos me abrazan, quizás era lo que necesitaba, un abrazo que me haga sentir mejor, que me construya un poco por dentro.
— Venga, que llegáis tarde.
— Insoportable. —Reímos.
Se marchan, me levanto, me miro al espejo, tengo los ojos muy rojos y una cara muy pálida, me doy un baño relajarte de media hora, desearía quedarme aquí. Salgo, me pongo el albornoz y seco mi pelo con la toalla.
NARRANDO DANIEL.
Jesús me lleva hasta donde dejó mi moto, sin dormir, sin descansar un poco, me subo en ella y me marcho sin escucharle. Paso por delante de su casa, me detengo para mirar su ventana.
— Claro que te quiero, con toda mi alma. —Susurro— se feliz sin mi.
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Nuestro amor es animal.
Romance"Si me pides fuego, arderá todo. Yo no se amar de otra manera. " BORRADOR. ✘FANFIC ✘ • ────── No se permitirán plagios, ni copias de ningún tipo, serán denunciados inmediatamente.