Capítulo 70.

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NARRA LEDRA.

Vuelvo a tumbarme en la cama, Daniel no dice nada, se mantiene callado y no hay cosa que me moleste más, él no quiere dejar esto o por lo menos no tiene intención de hacerlo.

Al día siguiente me despierto pronto, pido el desayuno, se lo dejo encima de la encimera y me meto en la ducha, poco después entra él al baño.

—Buenos días.

— Me estoy duchando.  —Dice muy borde y distante.

— Solo vengo a lavarme la cara. —Le digo dulce.

— Vale.

— Ledra —Le miro— lo siento.

— No sientas nada —Me encojo de hombros.

Termino de ducharme, me pongo un albornoz y cojo el secador para secarme el pelo, él me abraza por la espalda, pone su cabeza en mi cuello y suspira.

—Por ti haría cualquier cosa niña fresa.

— No, cualquier cosa no. —Lo aparto.

— Necesito tiempo para salir de esto, confía en mi.

— No sé cuantas veces me lo has dicho ya Dani, me vuelves loca, no sé si podremos tener una vida normal algún día. —Me rodea con sus brazos.

— No puedo asegurarte que la tengamos.

— Y tampoco puedes asegurarme que saldrás de esto ¿Verdad? —Suspira.

Se vuelve a quedar callado, le miro y asiento con la cabeza.

— Voy a intentarlo por ti. —Asegura.

— No quiero que lo intentes Dani, quiero que lo hagas.

— No es fácil Ledra.

— Pero tampoco imposible.

Pone las manos en mi rostro, acerca su nariz a la mía, suspiro y me besa, me da un pequeño beso que hace que me calme.

— Perdóname por darte esta vida y no la que te mereces.

— Date una ducha, yo me sentaré a desayunar.

— Vale —Besa mi frente.

NARRANDO DANIEL.

Salgo de la ducha, ella está desayunado o más bien moviendo la cuchara en el café de un lado a otro, se que esta así por mi culpa y eso me duele muchísimo.

— ¿Estás bien? —Pregunto acariciándola.

— Si —Sonríe.

— No te preocupes por nada mandona, todo estará bien.

— Me preocupo porque pueden matarte, ya te han herido varías veces ¿O crees qué no lo sé? Estas lleno de cicatrices que has intentado tapar con tatuajes, pero están ahí -Acaricio sus nudillos- y se que no serán las últimas cicatrices Dani, me duele, me duele porque te quiero y si a los demás no les afecta a mi si.

— Ven aquí.

Agarro su mano, ella se levanta y se sienta encima de mi, beso su cabeza, seguidamente la pone en mi hombro y me rodea con sus brazos.

— Te quiero  —Murmuro.

— Y yo —Dice en un susurro y en un tono bastante triste.

— Mientras que todo acaba podemos soñar —Me mira.

— Soñar —Suspira.

— ¿Cómo te imaginas tu vida conmigo? —Pregunta pasando la lengua por mi cuello.

Nuestro amor es animal. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora