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— ¿Aquí?— dijo Zoe mirando hacia los lados.

— Si, ¿algún problema?

Dallas tomó una silla y se sentó mirando a la chica. Llevaba unas mallas y un top blanco de deporte, estaba sexy sin saberlo.

— Pues si. Necesito un espejo para verme y un suelo decente.

— Por Dios Zoe, tienes que seducirme a mí no a ti misma. ¿Ves que haya espejos en el Etéreo? No te verás mientras bailas.

—Aun así con toda esta hierbucha yo no puedo.

Dallas se alegró de que la chica pusiera reparos en el tema del suelo, si no lo hubiera hecho querría decir que no tenía ni idea de bailar. Él no quería a alguien que se moviera bien en una discoteca o frente al espejo de su habitación. Quería garra, técnica y mucho esfuerzo detrás. La primera impresión que se llevaban los clientes sobre ellos era en las exhibiciones, si no tenían nada de especial ¿qué podrían ofrecer? ¿su cuerpo? Para eso ya estaban los sitios de alterne; llegas, follas y te vas. En el Etéreo las exhibiciones eran los preliminares, la forma de jugar con sus mentes y de demostrarles que si van a pagar tanto dinero por ti es porque eres único y especial. Los disfraces también jugaban un papel importante, la sensación de irrealidad, las fantasías sexuales, llevarte la impresión de que un dragón vaya a ser fuego y te sorprenda con sexo tántrico o que alguien que baile contemporáneo se dedique al masoquismo. A todo el mundo le encanta llevarse sorpresas y en ese lugar nadie es quien dice ser.

Siguió a la chica a la zona de entrenamiento, era su segundo lugar preferido de la casa después de su habitación. A esa hora ya se habían encendido las luces de la piscina haciendo el efecto cromado y el alumbrado era tenue y sensual, lo que Dallas necesitaba cuando pasaba las horas ejercitando sus bailes. Llevaba toda la vida bailando y nunca le parecía ser lo suficiente bueno, se exigía demasiado hasta el punto de caer sudoroso y rendido en ese mismo suelo. Miró la barra de striptease que nunca había sido utilizada, pensó que tal vez había llegado el momento de darle uso pero entonces se giró y vio a la chica sentada en el suelo.

Zoe se estaba colocando las tiras de las zapatillas de bailarina alrededor de los tobillos y sonrió a Dallas que tenía un gesto sorprendido en la cara. No dijo nada como pensó que haría, lo único que hizo fue sentarse en la banca de abdominales con los codos apoyados en las rodillas.

El chico no sabía como no se había dado cuenta antes, tenía el porte de una bailarina y su flexibilidad, era frágil, bonita y su cuerpo estaba tonificado de una manera muy elegante. Incluso cuando la vio por primera vez llevaba un moño en lo alto de la cabeza. No tuvo dudas de que debía formar parte de sus chicos, le excitaba la idea de tener algo tan exótico como una bailarina en su grupo. Sonrió para sí mismo, si lo hacía bien podría ser una competidora muy fuerte, cuando la caracterizara a su manera sería una preciosidad. Deseó que lo hiciese bien, sería una pena perderla por no dar la talla.

— ¿Quieres alguna canción en especial?— le preguntó.

La chica se encogió de hombros y negó con la cabeza al tiempo que empezó a hacer estiramientos. Dejó que se preparara durante unos minutos, intercambiando la vista de la pantalla del móvil al cuerpo de la chica. Debería arrancarle las mallas blancas con los dientes.

— ¿Vas a improvisar?

— Sip.

Cada vez tenía más expectativas puestas en la chica, que improvisara demostraba una gran seguridad en sí misma. Podría haber elegido una canción que hubiera practicado mil veces. Vio la pieza perfecta para ella y la puso: Sia-Chandelier.

No le cabía duda de que pronto se sentiría identificada con su letra.

Zoe se sentó en el suelo cuando empezó a sonar la canción, le pareció muy bonita. Dallas de nuevo no la defraudaba con su buen gusto. El chico vio como se marcaban sus costillas al inclinar su bonito torso hacia atrás y movía las manos con elegancia. Bailó allí mismo en el suelo durante un tiempo, moviéndose con seguridad y de manera muy sensual, era increíblemente adictivo verla bailar y esperar a su siguiente movimiento, cada uno más logrado que el anterior. Se levantó cuando la canción tomó ritmo, marcando sus gemelos al ponerse de puntillas sobre las puntas de yeso, girando sobre un solo pie y dejando a Dallas totalmente fascinado.

MUÑECOS ROTOS [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora