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COREA DEL SUR.

Kim Taehyung caminaba por las transitadas calles de Seul con una gabardina beis y la gorra negra calada hasta los ojos. Llevaba cuatro días hospedado en un buen hotel, no había tenido aún el valor de presentarse ante su familia después de como había desaparecido de un día para otro. Tan solo había marcado unas cuantas veces a su familia y ellos... bueno, tan solo había recibido reproches. Era comprensible y se lo merecía, había dejado a su novia de años sin ninguna explicación y ni siquiera sabían el por qué. Tae no les dijo dónde se encontraba ni qué era lo que le había hecho huir, tan solo llamaba para informarles de que estaba bien y para preocuparse por ellos o enviarles dinero. Él quería mucho a su familia aunque nunca fuese bueno demostrándolo, tan solo sintió que perseguir a ese moreno de ojos dorados era lo correcto y debía mirar por su bienestar por una vez en la vida. Estaba cansado de sacrificarse siempre por los demás, de continuar con una vida mediocre solo por complacerles y estar al lado de una persona que no le hacía sentir como debería solo por pena hacia ella.

Se dejó llevar por un error y ahora volvía como gato con el rabo entre las piernas.

Su mente volvió al vuelo del avión que le había llevado a dónde estaba ahora. Había mirado el perfil del moreno entre el hueco de los dos asientos y su corazón dio un vuelco. Asomó la mano entre los asientos y tiró un poco de la chaqueta de cuero haciendo que el chico se girara quitándose los auriculares.

— Y-yo... perdona, te confundí con alguien— dijo en coreano.

El chico sonrió mirándole durante unos segundos. Taehyung se sintió decepcionado y estúpido ¿de verdad pensaba que Yoongi le buscaría?

— No pasa nada ¿No tienes a nadie sentado a tu lado? ¿Te importa que te acompañe?

— Esto... no, claro. Siéntate si quieres.

El apuesto chico se levantó y se acomodó al lado de Taehyung extendiéndole la mano.

—Me llamo Im Jae Bum, pero puedes llamarme JB ¿Y tú?

—Yo soy Kim Taehyung— dijo aceptando su mano.

— Kim Taehyung... creo que recordaré tu nombre para siempre.

Tae sonrió un poco, su Yoongi prefería olvidarlo, tal vez era una señal de que había llegado la hora de que fuese él quien olvidara el nombre de Yoongi.

Y por más que lo había intentado no había conseguido borrarlo de su cabeza ni siquiera cuando JB se hundía en él de manera salvaje en los estrechos baños del avión. Pero no debía desistir... estaba muy reciente. No debía perder la esperanza de encontrar el amor y ese chico había resultado ser un buen amante y parecía estar muy interesado en él. Dios... si incluso le llamaba tan solo para desearle las buenas noches, era dulce pero apasionado. Esa noche había quedado con él y estaba todo lo ilusionado que puede estar alguien con el corazón roto, pero el sexo para Taehyung era como una cura y lo necesitaba en su vida. No iba a guardarle luto a alguien que no le quería.
Se detuvo frente a la discreta casa de dos plantas de sus padres y sacó las llaves que aún conservaba, pero no las usó. Le parecía como si ya hubiese perdido el derecho de pertenecer a esa familia, mucho menos de entrar como si nada hubiese pasado. Picó suavemente a la puerta y esperó con el corazón en un puño reteniendo las ganas de salir corriendo por miedo al rechazo. Su madre abrió la puerta con una sonrisa que pronto se borró de su cara convirtiéndose en una mueca de sorpresa y después, se llevó la única mano libre que tenía libre a la boca aguantando las lágrimas, en el otro brazo sostenía un bebé.

— Hijo...

La mamá de Taehyung tuvo intención de acariciarle la mejilla pero finalmente negó con la cabeza y no lo hizo.

MUÑECOS ROTOS [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora