Jungkook se paseó entre las mesas del Etéreo, no tenía pensado ir pero en el ultimo momento cambió de opinión. Estaba muy molesto con Dallas por lo que había hecho pero tenía la necesidad de pasar tiempo junto a él y de sentirse en casa y solo lo conseguía entre sus brazos. Más por su olor familiar y su cuerpo tan conocido para él que por su personalidad, porque el chico plateado no era una compañía que hubiese escogido de no haber conocido nunca a Jimin. Era un círculo vicioso, le dañaba pero aun así volvía a su lado una y otra vez, cada vez más cansado pero también más necesitado de él. Se decía que era el recuerdo de su amigo quien le tenía atrapado pero no podía estar seguro de no haberse enamorado también de ese chico oscuro que le demostraba sus emociones mediante el dolor.
Se sentó en el único sofá que tenía huecos libres, tan solo estaba ocupado por Yoonhori y una atractiva mujer. Eran tan grandes que la distancia de una esquina a otra otorgaba intimidad. Jungkook sonrió cuando el gato le guiñó el ojo travieso.Recorrió con la vista el local, la bailarina hablaba con un chico de pie y parecía más entretenida en dar cortos pero seguidos tragos de su copa que en su conversación. Aún así su estómago se retorcía cada vez que Zoe miraba al chico y le dedicaba una de sus preciosas sonrisas inclinando la cabeza hacia un lado como si fuese la chica más inocente allí presente. Una listilla, eso es lo que era. Sabía bien como engatusar a los hombres y él ya lo había comprobado. Le dolía que le hubiese dicho que lo que hacían era ridículo, él nunca lo hubiese definido así. Ridículo es lo que hacían otros hombres con ella, probablemente follársela pensando que era la amiga de su hija o alguien con cara de niña buena a quien les encantaría corromper. Él se la había follado pensando que era alguien a quien merecía la pena querer ¿y eso le convertía en ridículo? ¿o lo hacía el hecho de seguir queriendo continuar su historia aún sabiendo que estaba abocada al fracaso? Probablemente tuviese razón tanto ella como Dallas, era patético.
— ¡Vaya, vaya! ¿has venido para felicitarme el cumpleaños hermanito?— dijo Yoongi rodeándole el hombro con el brazo.
Jungkook lo apartó con molestia y le lanzó una mirada de advertencia, no soportaba que lo tocase, no desde aquel día. Su hermano por alguna extraña razón estaba caracterizado, raras veces lo hacía después de la desaparición de su padre pero hoy era una de ellas.
No le hacía falta gran cosa para su disfraz, tan solo un par de colmillos afilados y una chupa de cuero para ser una especie de chupasangre moderno.Jungkook lo ignoró como buenamente pudo, su hermano negó con la cabeza y se mordisqueó el labio.
— Diez años es demasiado tiempo Jungkookie y más cuando sabes que no me merezco cargar con toda la culpa.
— No me hables Yoongi, no quiero escucharte. Nunca será demasiado tiempo para lo que hiciste.
El moreno sonrió apenado.
— Al menos me hablas, creo que hace años que no escucho tu voz. No pierdo la esperanza de recuperarte. Recuerda que él lo admitió.
— ¿Me dejas tomar la jodida copa en paz? Porque te advierto que te falta poco para calentarme y ya no soy un niño.
Yoongi se levantó negando con la cabeza.
— Solo nos tenemos el uno al otro Jungkook, no te sigas engañando.
— ¡Vete al infierno!
🗝CASI DIEZ AÑOS ANTES.
— ¡Pues pídele de salir nadie te lo impide!
Jungkook corrió detrás de Jimin que se alejaba a paso acelerado con la mochila rebotando en su espalda.
— ¡Jiminie, espera!
Cogió su brazo y le hizo entrar en un aula vacía cerrando la puerta.
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MUÑECOS ROTOS [+18]
FanfictionOscuro, excéntrico, lujurioso, peligroso e inestable. Sé bienvenido al Etéreo. No olvides guardar el secreto. ADVERTENCIA ⚠️ Alto contenido sexual explícito y delicado, lenguaje obsceno. Mención de abusos y enfermedades mentales. Pareja principal:...