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—Te haré unas preguntas, te recompensaré o te castigaré según cuanto me gusten tus respuestas. Será divertido— dijo Dallas a media voz.

No quería jugar, no quería que la castigase. Ni siquiera quería sentir su cuerpo contra el suyo por mucho que le atrajese. Se negaba a entrar en cualquiera que fuese la crueldad que tenía en mente. No contestó cuando le destapó la boca ni quiso mirarle.
Dallas la había dañado y también había querido herir a Taehyung sin ningún motivo. No podría salir nada bueno de este estúpido juego y mucho menos cuando sabía que estaba más desquiciado que otra cosa en este momento.

Dallas metió la mano por dentro de la camiseta y le pellizcó un pezón con muchísima fuerza. Sus dedos estaban fríos como témpanos de hielo. Zoe lloriqueó y reprimió las ganas de empujarle para que no presionara aún más de lo que lo hacía.

— No te he oído. ¿No quieres jugar?—Zoe se mordió fuerte el labio y asintió con la cabeza, sabía lo que pasaría si le decía que no. — Tienes que hablar y los monosilabos no son una buena idea. Quiero frases coherentes.

— Si. Quiero jugar.

Juntó las piernas para impedir que se contrajera su sexo cuando él acarició su pezón con suavidad complacido por la respuesta. Hacía que se sintiese enferma cuando su cuerpo respondía a sus caricias.

— ¿Te gustaría que volviese a comerte entera?
Zoe estaba confusa, no sabía si era peor que le dejase darle placer o que le hiciese daño. Las dos cosas eran repugnantes dada la situación. ¿Debía contestar algo que le agradara o que no?

— No quiero que lo hagas, pero si lo hicieses seguro que mi cuerpo reaccionaría bien— dijo con sinceridad.

Dallas levantó su camiseta y dejó sus pechos al descubierto, los agarró con las dos manos y mordió con una fuerza intermedia sus duros pezones, su respuesta no le había parecido mal del todo.

— ¿Por qué no quieres que lo haga?

— Porque me hiciste daño y sigues haciéndolo.

El chico jugaba con ellos entre sus dedos fríos haciendo que la chica empezara a respirar más fuerte de lo habitual.

— ¿No eres capaz de encontrar el placer en el dolor?

Deslizó la mano por sus costillas hasta su muslo y lo acarició despacio llegando a sus nalgas, después le dio un fuerte azote que la hizo gritar pero también humedecerse.

— No, no soy capaz.

Dallas le dio otro con más fuerza, sus dedos quedaron marcados en su piel y Zoe arqueó la espalda con dolor mientras gemía y lloriqueaba. Metió la mano dentro de sus pantalones cortos de pijama y le acarició su resbaladiza abertura.

— Estas mojada, ¿por qué me mientes?

— Mi cuerpo se excita pero mi cabeza no encuentra el placer, consigues que me avergüence de que me guste. No te estaba mintiendo.

Dallas deslizaba su dedo arriba y abajo por su abertura lentamente, el clítoris de la chica empezaba a hincharse deseoso de que lo tocara.

— ¿Has dejado que Jungkook te probara con su boca?

Zoe se excitó al recordar a Jungkook y sintió como su interior se contraía de morbo al hablar de su intimidad con él.

— Si, y yo también lo probé a él.

El chico al fin frotó su hinchado clítoris con un dedo trazando círculos complacido por la respuesta. Se rozó contra el colchón con la polla muy dura.

— ¿Disfrutaste chupándole la polla?

— Ahh... si...

Le metió un dedo dentro y a la vez mordió su cuello. No sabia si le había gustado y desagradado a partes iguales pero ya no quería que parara. Ya se sentiría mal después por permitirse disfrutar, ya era muy tarde para detener su excitación. La visión de Dallas frotándose contra el colchón entre sus piernas alimentaba su lívido a niveles imposibles.

MUÑECOS ROTOS [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora