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— ¿Jugar...?

Dallas se mordió el labio y asintió con la cabeza. — Metámonos en la cama, te explicaré las reglas.

Jungkook dudó un momento, no sabía hasta que punto debía empezar un juego con él pero no iba a desaprovechar la oportunidad de meterse en su cama a su lado. Sonrió viendo como el plateado se metía pulcramente entre las sabanas y las colocaba con cuidado como si fuese de revista.

— ¿Qué clase de juego es?— dijo colocándose a su lado, en cuanto levantó la manta una ráfaga de su olor corporal hizo que sintiera ganas de gemir. Ahuecó los almohadones y se tumbó en ellos mirándole.

— Uno que me acabo de inventar ¿Te acuerdas cuando de pequeños jugábamos a mirarnos fijamente y el primero que se riera perdía?
Jungkook asintió con la cabeza, le gustaban esos recuerdos.

— Sí, me acuerdo. El que perdía estaba a disposición del otro durante todo el día. Y déjame decirte que siempre eras tú.

Jungkook no mencionó que Dallas hablaba como si hubiese vivido esos recuerdos, siempre solía hacerlo en tercera persona, pero no hoy.

— Eso es porque me ponías caras para hacerme perder, pero hoy vas a jugar con el lobo, pequeño, y el juego no será tan inocente como entonces.

El castaño sintió como su cuerpo se tensaba de anticipación y emoción.

— ¿Quieres que nos mirenos fijamente hasta que uno de los dos se ría?— dijo divertido.

— No. Quiero que nos miremos hasta que uno de los dos no aguante más y toque al otro.

Jungkook no entendía bien lo que Dallas quería decir, hasta que se bajó los pantalones debajo de las sábanas con una sonrisa ladina. Después sacó las manos y pegó las sábanas a su cuerpo para que se pudiera intuir su miembro. El castaño se mordió el labio sintiendo como su garganta se secaba y su polla daba una sacudida. Se habían pasado toda la noche follando, ¿es que su cuerpo no tenía suficiente?

— ¿Y quien pierda...?— Preguntó Jungkook.

La adrenalina le recorrió el cuerpo, le encantaban las competiciones aunque no las tenía todas consigo de poder ganar. Aun no habían empezado y ya le quemaban las manos por las ganas que tenía de tocarle.

— Si pierdes me complacerás en cuanto quiera todo un día. Si yo pierdo cosa que no haré— dijo levantando las cejas con una sonrisa coqueta— yo te complaceré a ti ¿Jugamos?

Jungkook ahuecó la mejilla con la lengua y se relamió los labios, después metió una mano dentro de la sábana y empezó a acariciarse con una sonrisa haciendo que Dallas mirara el movimiento.

—Jugamos.

Dallas sintió como su miembro se endurecía al ver como Jungkook entreabría los labios y cerraba los ojos mientras empezaba a masturbarse lentamente.

— Abre los ojos Jungkookie... no pierdas detalle.

Recorrió con un dedo la forma de su glande sobre su estómago y gimió bajito estremeciendo la piel del castaño. Se estaban muriendo por ver debajo de las sábanas, era sumamente erótico. Jungkook se deshizo de los bóxer y sonrió lamiéndose la mano para después volver a ocultar la mano y lubricarse el miembro, jadeó y lo levantó formando una tienda de campaña, Dallas tuvo que tragar saliva al ver como lo sacudía contra su manta. El plateado se mordió el labio y se acarició los pezones mientras le miraba fijamente.

— ¿Te gustaría que fuera yo quien los lamiera Dallas? ¿Querrías que te los chupara hasta que se pusieran duros contra mi lengua?

El plateado sonrió, su chico era un provocador. Cuando se le desataba la lengua no había quien le parase.

MUÑECOS ROTOS [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora