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DOS AÑOS ANTES. COREA DEL SUR.

Se mordió las uñas y vio como el misterioso chico que decía llamarse Yoongi se volvía entre la gente para mirarle pidiéndole que le siguiese. Esto estaba mal, estaba muy mal, sabía que la culpa le mataría después, pero su miembro erguido dentro de los pantalones no le dejaba desaprovechar esa oportunidad. En sus veinte años de vida nunca había sentido la imparable lujuria que se apoderaba de su cuerpo en ese momento. Quería olvidarse de todo y perderse en esos ojos ambarinos y esa piel pálida, quería hacerlo y después olvidarlo como si solo hubiese sido un sucio sueño sacado de sus fantasías más profundas y oscuras. Solo de pensar en dejar que otro hombre le tocara... era demasiado para él.
Demasiado tentador.

Bebió la copa de un solo trago para armarse de valor y se introdujo entre el gentío mirando que no hubiese ninguna cara conocida que pudiese delatarle. Salió a la calle y sintió que perdía la valentía conforme el frío invernal le calaba los huesos, aun estaba a tiempo de volver a su casa, con su novia, como debía ser.
Yoongi se giró y caminó de espaldas sin dejar de mirar al precioso chico que parecía a punto de echar a correr.

— Vamos gatito, solo te estoy proponiendo un desliz...— dijo mientras abultaba su mejilla y centraba su vista en la intimidad de Taehyung.

Se detuvieron en un callejón sin salida, un par de gatos maullaban y se peleaban por las sobras de comida de los contenedores. Yoongi se rio como si le hiciese mucha gracia la coincidencia. Se apoyó en la pared enladrillada y entrecerró los ojos sin perder de vista al chico que le miraba temeroso a varios pasos de distancia.

— Miau— dijo el moreno provocándole y tirando de su chaqueta para acercarle a él. Taehyung contuvo el aliento cuando sus pelvis se rozaron, dejó salir el aire lentamente en forma de baho mezclándose con el aliento de Yoongi que se había acercado a su cara y miraba sus labios con una sonrisa peligrosa.— Nunca has hecho esto ¿verdad?

Taehyung negó con la cabeza y bajó la vista intimidado. Se rascó nervioso la barbilla.
Yoongi cada vez le deseaba más, desde el primer momento que había posado sus ojos en él sabía que era justo lo que buscaba. Tenía todas las cualidades que quería, era joven, atractivo, travieso, atrevido pero tímido y con un gran carisma. Le encantó que le recordara a un tierno gatito cuando arrugaba la nariz o cuando se rascaba con el dorso de la mano tal y como estaba haciendo ahora.
Subió un poco su ropa y deslizó un dedo lentamente desde su vientre pasando por su ombligo hasta el comienzo del pantalón, vio como su tersa piel se erizaba.

— ¿Te gustaría que te besara? Prometo ir despacio... al principio.

— Y-yo.. N-no lo se...

— Te mostraré algo...— dijo Yoongi comprobando con la vista que no hubiese nadie en los alrededores, después se desabrochó el pantalón y bajó la cremallera ante la mirada atónita de Tae— ¿Ves esto? Lleva así de dura desde el primer momento en que te vi.

El moreno no llevaba ropa interior, la abertura dejaba ver el comienzo de la base de su polla completamente erguida. Volvió a coger la cremallera con una sonrisa dispuesto a cerrarla pero Tae se lo impidió posando su mano sobre la de él, había empezado a salivar y se moría por tocarle y descubrir como se sentía al acariciar un miembro que no era el suyo, al darle placer a otro hombre y como sería que alguien más fuerte que él le dominase. Alargó su dedo índice y acarició la suave piel con timidez pero también con un deseo que nunca había experimentado. Se lamió los labios viendo como el miembro palpitaba por su roce.

— ¿Te gusta? Es todo tuyo... Solo te pido algo a cambio.

— ¿Qué?— preguntó Tae temiendo que sería capaz de darle todo cuanto le pidiese.

Yoongi agarró sus mejillas entre sus manos y pegó su frente a la de él, lentamente rozó sus labios para después abrir la boca y meter su lengua arrasando como una tormenta en su cálida cavidad. Tae gimió y jadeó al sentir su fuerza y su sabor, al sentir que era el otro quien llevaba el control. Tan distinto a todo cuanto conocía, tan increíble y excitante. Metió las manos por dentro de la camiseta del moreno y acarició sus abdominales mientras empezaban a besarse enloquecidos con sensuales lametazos y mordiscos.

Yoongi se sacó el miembro y también el de Taehyung que miraba hacia esa zona con los ojos oscurecidos por el deseo y los labios entreabiertos brillantes de saliva. Cogió las dos pollas con una sola mano y empezó a masturbarlas a la vez creando fricción entre ellas. Tae lloriqueó preso de la fuerte lujuria que sentía, era muchísimo mejor que todo cuando había experimentado y solo acababa de empezar. Acarició con timidez los dos glandes rojos y unidos con la punta de sus dedos y se corrió por primera vez salpicando la mano del moreno.

Yoongi se preocupó en cuanto vio que el chico se había corrido apenas con un roce y después se maravilló cuando Tae empezó a embadurnar las dos pollas con su propia semilla y se dio cuenta que seguía tan duro como antes y con las mismas ganas de seguir.

— Tú, gatito, tienes que jurarme que serás mío.

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— Dice que está enamorada de mí, que quiere pagarle a mi mentor la penalización por no cumplir el contrato y sacarme de aquí. Es asqueroso Zoe, ¿y se atreve a llamarlo libertad? ¿Acaso es libertad dedicarme a complacerla día y noche porque haya pagado una suma altísima para sentirse dueña y señora de mi cuerpo? No chica, yo a eso lo llamo esclavitud.

— Es verdad— contestó la bailarina— a mí también me estaba dando mal rollo como te miraba todo el rato. Le entraba un tic nervioso en el ojo cada vez que me hablabas a mí— se rio y la imitó— ¿Lo sabe Yoongi?

— ¡Claro que no! Me juego las bolas a que no volvería a venderme a ella si lo supiese y a mí eso no me interesa peque, es de las pocas que no les importa que no las mires mientras te las follas, tan ocupada como está en lamer toda mi polla... El caso es que yo necesito pensar en él si no me gusta con quien estoy o soy muy capaz de echar a correr como alma que lleva el diablo.

Taehyung movió las orejitas prestando atención a algún ruido que a Zoe se le escapaba y miró las cortinas pero enseguida perdió el interés.

— No si te entiendo perfectamente Tae, yo tampoco sería capaz de hacerlo de otra manera. Es lógico que tengamos que imaginarnos con la persona que queremos para poder cumplir pero me cuesta hacerlo con los ojos abiertos— Zoe se encogió de hombros negando con la cabeza— ¿Cómo voy a imaginarme que estoy con él si veo su pelo rubio en vez de color castaño? ¿o unos ojos azules en vez de plata?

— ¿Plata? ¿No era de Jungkook de quien hablábamos? Tienes un lío en esa cabecita que no te entiendes ni tú.

— Ya... pero es que son tan distintos que aunque me pusieses un cuchillo en el cuello no podría decantarme por ninguno... Estoy enferma, lo sé. Pero espera un momento... ¿Quién es el misterioso chico en el que piensas tú?

Taehyung suspiró y miró a Yoongi mientras bailaba entre mujeres desnudas y cubiertas de sangre tiradas en el suelo.
— ¿No es evidente?

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Zoe empezaba a desesperarse, quedaba poco más de una hora para el cierre y Dallas aún no le había adjudicado un cliente ¿Es que nadie se había interesado en ella?
Le dolía que Jungkook no hubiese hecho ni el intento de acercarse y tampoco le había dado la oportunidad de explicarse. Aunque allí hubiese sido difícil hacerlo no estaba de más que hubiese aceptado sus llamadas o contestado a sus Whatssaps, ella solo quería devolverle el maldito dinero. Le había visto junto a Dallas y después de eso le perdió de vista, no sabía si seguía allí o se había ido.
Si no fuese tan ingenua podría haber sumado dos y dos, podría haber reflexionado acerca de lo que hacían juntos y por que Jungkook le dedicaba especial atención a su zona trasera en el terreno sexual . La pena es que no era tan espabilada como para sospechar que pudiese haber algo entre ellos.
Se sentó en la barra bebiendo una copa tras otra hasta que una estúpida sonrisa de borracha se apoderó de su cara.

MUÑECOS ROTOS [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora