UN AÑO ANTES.
Taehyung salió dando saltitos de la universidad riendo escandalosamente y apoyándose en el hombro de su compañera. Los chicos reían contagiados por su risa, no era habitual la energía con la que Tae se estaba comportando, normalmente luchaba por no dormirse en todas las clases y se marchaba corriendo nada más que se abrían las puertas.
— ¿Quereis que vayamos a tomar algo?
— ¡Oh Tae no puedo! He quedado para comer con mi madre— dijo ella haciendo un puchero.
— Yo tengo que llevar a mi hermana a un cumpleaños— dijo el rubio bajito excusándose— ¿Otro día tal vez?— se adelantó un poco sin esperar respuesta.
Tae se encogió de hombros y su sonrisa menguó hasta desaparecer. Él quería hacer amigos pero el Etéreo no se lo permitía, tan cansado como estaba lo único en lo que podía pensar era en llegar a casa para poder dormir al menos cinco horas. Era normal que sus compañeros no le tuviesen en cuenta si nunca compartía con ellos más que sonrisas cansadas.
— Si... vale...— habló para si mismo.
Se detuvo y empezó a pensar en ir él solo a comprar un pastel, pero le pareció demasiado triste. Frunció el ceño cuando escuchó un silbido y se dio la vuelta solo para ver de quien provenía ese descarado sonido.
Casi le fallan las piernas cuando reconoció a Yoongi apoyado en la pared con una rodilla doblaba y una sonrisa ladeada. Le miró entre los oscuros mechones de su flequillo mientras se llevaba un cigarro a los labios. Tae se acercó a él.— ¿Qué haces aquí...?— dijo totalmente asombrado.
— Miau.
Yoongi le agarró por la hevilla del cinturón y lo pegó a su cuerpo para acto seguido apartarlo y empezar a caminar dejándole atrás sonriendo como si solo él entendiera la broma. Tae tardó unos segundos en reaccionar, luego corrió hacia él para alcanzarle y le agarró la mano haciendo que se detuviera. El moreno miró hacia esa zona dejando salir el humo con los ojos entrecerrados.
— ¿Miau? ¿Has venido para decir eso?— dijo esbozando su característica sonrisa cuadrada.
Yoongi rodó los ojos y se soltó para seguir caminando hasta su lamborginni, el cual lo admiraban varios alumnos entre cuchicheos. Se subió al coche sin mediar palabra y arrancó el motor bajando la ventanilla y agachando la cabeza para mirarle.
— ¿Vienes o qué?
Tae ni se lo pensó. Se subió al coche y se giró hacia él después de abrocharse el cinturón. Le miró con calma, aprovechando que el moreno estaba muy concentrado en la carretera. Era la primera vez desde que le había traído a Londres que le veía fuera del Etéreo. Se mordía el labio mientras miraba por el retrovisor y sus pálidas manos estaban fuertemente agarradas al volante marcando sus venas.
— ¿Dónde vamos?— se atrevió a preguntar.
— A mi casa.
— ¿A tú casa...?
— ¿Tienes algún problema con eso?
— ¡No, no...! Es solo que...— se enredó con sus propias palabras— es que es extraño, hoy es mi cumpleaños y pensé que lo pasaría solo. Pero de repente apareces en mi universidad y me llevas contigo.
— ¿Es tu cumpleaños?—preguntó el moreno con una sonrisa.
Yoongi lo sabía, sabía muchas cosas de su gatito. Igual que sabía que estudiaba medicina en esa universidad desde que había llegado prácticamente. Y no era la primera vez que lo veía a la salida... solo que esta vez al ver la decepción que mostraba su cara cuando le habían rechazado no pudo evitar hacerse notar y llevárselo con él. Había que ser ciego para no darse cuenta de que Yoonhori estaba ilusionado como un niño por su cumpleaños.
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MUÑECOS ROTOS [+18]
FanfictionOscuro, excéntrico, lujurioso, peligroso e inestable. Sé bienvenido al Etéreo. No olvides guardar el secreto. ADVERTENCIA ⚠️ Alto contenido sexual explícito y delicado, lenguaje obsceno. Mención de abusos y enfermedades mentales. Pareja principal:...