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Dallas no tenía dudas de que lo haría, sabía lo mucho que le excitaban sus juegos macabros.
Sonrió perverso cuando empezó a bajarse la cremallera y se sentó en el sillón llevándolo con él. Yoonhori no les quitaba ojo, jadeó bajito cuando Jungkook sostuvo su miembro frente a la cara del lobo.

— Mucho cuidado con lo que haces lobito— le avisó, aunque sus ojos brillaban traviesos deseando que fuese malo con él.

Dallas elevó las comisuras mientras se acercaba lentamente a su polla, abrió la boca y se la tragó entera volviendo a soltarla otra vez y repitiendo el proceso. El castaño gimió y Yoonhori también dejó escapar un jadeo ahogado, ver como la bonita polla  de Jungkook se hinchaba en la boca del lobo era demasiado morboso.

Dallas volvió a metérsela entera deslizando su caliente lengua por las venas y cuando llegó al glande lo mordió. Jungkook chilló agudo y se apartó de él mirándole fijamente con los ojos abiertos de par en par. El lobo sonreía enseñando los colmillos.
Sabía que no podía fiarse de él.

Y le encantaba.

Subió una pierna al asiento y cogiéndola con la mano azotó los gruesos labios de Dallas.

— Juegas sucio... Entonces yo también seré sucio contigo— dijo enterrándosela de nuevo y adelantando él mismo la cadera embistiendo con fuerza su boca.

Yoonhori estaba empapado viendo la velocidad de la mamada y los ruidos obscenos que salian de las bocas de los chicos, la saliva de Dallas escurría de sus sensuales labios goteando por su fina barbilla. Se acercó lentamente a los dos chicos y ahogó un grito cuando Dallas tiró de su brazo y le sentó en una de sus piernas metiendo la mano dentro de la camiseta y sobándole un pezón sin dejar de lamer al castaño. Jungkook se pellizó el labio entre los dientes cuando levantó la prenda del gatito dejándole ver sus sonrosados y ahora duros pezones y él también acarició el que quedaba libre con su índice.

— Joder... mierda, mierda... ahh...— lloriqueó Taehyung.

— Qué boca más sucia minino, tendré que lavártela con mi semen— dijo dejando la polla de Jungkook para hablarle a la cara— ¿Eso te gustaría verdad?

— Oh... Joder, si Dallas...

El gato salivaba mirando la erección de Jungkook mientras sentía como el plateado le bajaba los pantalones lo justo para dejar su culo al descubierto.

— Maldita sea Jungkook, mira al travieso de Yoonhori. Su ropa está empapada.

El castaño deslizó la vista por los bóxer rojos con una gran mancha húmeda encima de la notoria erección.

— Qué sexy el gato...— dijo roncamente Jungkook mientras se quitaba la ropa.

Se arrodilló entre las piernas abiertas de su chico apoyándose en Yoonhori y agarró la cara de Dallas para besarle suciamente. Recorrió los labios con su lengua y tiró de ellos con los dientes, después succionó su lengua una y otra vez haciendo chasquidos que estremecían todo el cuerpo del gatito mientras miraba sus lenguas enredadas y los hilos de saliva unirles cuando se separaban. Eran demasiado tentadores juntos, demasiado obscenos y perfectamente guarros.

El propio Dallas se desabrochó la camisa con una mano dejándola abierta mientras con la otra mano amasaba las nalgas del chico sentado en su pierna. Jungkook descendió por su suave torso besando y mordiendo a su paso hasta liberar el duro e imponente miembro de Dallas y metérselo en la boca. Yoonhori gimió viendo su perfecta polla, su glande rojizo y sus venas marcadas en su pálida piel. Esa polla costaba miles de libras y ahora sabía por qué.

— Ah... así pequeño— dijo el lobo inclinando la cabeza hacia atrás y cerrando sus ojos un segundo, después volvió a mirar a  Yoonhori y le enseñó los colmillos. Yoonhori le enseñó los suyos de vuelta con picardía. Gimió alto cuando notó como metía su fría mano entre sus nalgas y apretaba su entrada con un dedo dando ligeros y cortos golpes— ¿Por qué no imitas lo que te hago en tu  bonito culo en la entrada de Jungkook? Tócale Yoonhori, siente lo apretado que es mi chico.

MUÑECOS ROTOS [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora