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Jungkook sonreía mintras miraba a su chico adecentarse frente al espejo, llevaba una americana de brillantes negra y una camisa blanca con un lazo al cuello. Era todo un personaje, pero uno muy sexy y estiloso.— ¿Necesitas algo?— le preguntó de manera impertinente aunque con la comisura alzada en una sonrisa.
Miró su cazadora militar y sus pantalones rotos, Jungkook jugaba con los anillos de sus dedos.
— Yo ya llevo una hora preparado, eres muy pesado Dallas.
— ¿Es que vas a algún lado?
— Claro, al Etéreo contigo. No pienso desaprovechar ni un solo minuto, hoy es mi día nene.
Dallas se acuclilló frente a él y le mordió una rodilla, después le dio un suave beso en los labios.
— Entonces ya me puedo olvidar de trabajar hoy ¿no?
A Jungkook se le caía la baba con él. Hacía años que no se sentía tan feliz, pero sobre todo se alegraba porque le veía bien, nada que ver con el chico roto y triste con el que había compartido los últimos años de convivencia.
SIETE AÑOS ANTES.
Jungkook entró al baño pasadas las cinco de la madrugada, Jimin estaba metido en la bañera con ropa y la mirada fija en un azulejo de la pared. Tenía rastros de purpurina y pintura por su cuerpo, su cabello rosa goteaba por toda su cara.
—Déjame tranquilo— dijo sin mirarle.
— Te dije que si volvías en estas condiciones haría algo.
— ¿Y qué vas a hacer?
— Voy a buscar ayuda de un especialista.
— ¿Por qué mejor no te pones a cuatro? Quiero follarte— dijo cogiéndose el miembro y mordiéndose el labio.
Era lo que siempre hacía, intentaba disuadirle mediante el sexo, o tal vez es que ya no le interesaba nada más. Jimin lo follaba brutalmente en cuanto tenía ocasión y utilizaba con él retorcidos juegos mentales que con el paso de los años se hicieron más fuertes e inteligentes. Nunca volvió a dejarse querer.
— ¿De dónde vienes?— ignoró sus provocaciones.
Se sorprendió cuando el chico le contestó. Esa era una pregunta que se había convertido en tabú.
— Del lugar de alterne donde trabajo.
Debería haber estado preparado, obviamente Jungkook lo sospechaba, pero dolía demasiado aceptar la realidad y escuchárselo decir de sus propios labios.
— ¿Por qué Jiminie...? ¿Qué necesidad tienes de hacer algo así...?
— ¿Qué por qué? ¿por qué..? Yo también quisiera saberlo. A partir de ahora llámame Dallas.
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— ¿Puedo hacerte una pregunta Dallas?— dijo mirando fijamente al chico de plata.
— Como tú has dicho es tu día, aprovecha.
— ¿Te estás medicando?
Dallas se puso serio y dejo salir el aire lentamente.
— No, no se me pone dura con esas malditas pastillas, ni siquiera me dejan pensar.
Dallas nunca había llegado a ponerse en tratamiento, tan solo hicieron falta dos días para saber que era incompatibles con su trabajo, ni tampoco con el lobo.
Jungkook le agarró la cintura antes de que se separara de él y junto su cara a la suya.
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MUÑECOS ROTOS [+18]
FanfictionOscuro, excéntrico, lujurioso, peligroso e inestable. Sé bienvenido al Etéreo. No olvides guardar el secreto. ADVERTENCIA ⚠️ Alto contenido sexual explícito y delicado, lenguaje obsceno. Mención de abusos y enfermedades mentales. Pareja principal:...