MUÑECOS ROTOS [+18]

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Jungkook picó a la puerta contigua a la de Dallas y esperó sin escuchar respuesta. Había buscado a Zoe por toda la casa y como último recurso decidió mirar en su habitación. No quería parecer entrometido pero realmente le preocupaba el rumbo que estaba tomando la vida de la bailarina. Asomó la cabeza para asegurarse de que no estaba y la vio sentada en la ventana, con el cuarto a oscuras e iluminada solo por la luz del anochecer. Ella ni siquiera le miró.

—Hey... apenas te veo. Cualquiera diría que vivimos en la misma casa— dijo cerrando la puerta tras él y acercándose. Esperó unos segundos por si quería decir algo, pero no hubo suerte— ¿Cómo estás?— Zoe se encogió de hombros— No sabía que fumaras— se dio cuenta que en su regazo descansaba una hurna funeraria.

Se sentó a su lado y contempló el paisaje igual que ella en silencio. Zoe le transmitía serenidad, era fácil estar a su lado. De no haber conocido nunca a Jimin le hubiese gustado enamorarse de alguien como ella. Ya llevaba como diez minutos perdido en su mundo cuando la voz de la chica hizo que la mirara para prestarle atención.

— ¿Tú estás bien?—Jungkook sonrió un poco y asintió con la cabeza. Ella se la devolvió, pero era tan triste...— Chris insistió en que no hiciésemos un funeral— dijo rodeando la hurna con los brazos.

— ¿Por qué? Podrías haberme dicho que ya estaba aquí el cuerpo Zoe... te hubiese acompañado. Siento mucha impotencia respecto a ti...

— No tienes por qué sentirte responsable de mí, es ridículo.

— No me siento responsable solo... me gustaría que confiaras en mí. Somos amigos...¿no?

Zoe le miró duditativa, Jungkook esperaba su respuesta mirándola fijamente ¿Eran amigos...? Sin duda era lo más parecido a un amigo que tenía pero no podía evitar sentirse una carga. No entendía en que podría beneficiarle su amistad a Jungkook ni por qué estaba empeñado en ayudarla. Asintió con la cabeza despacio. Sí, ella quería mucho a Jungkook.

— Si, somos amigos— dijo con una débil sonrisa.

Jungkook sonrió y le acarició la mejilla.

— Entonces dime, ¿puedo hacer algo por tí?

— Mmmm... ¿podrías...? No, déjalo. Da igual— se rascó la nariz y volvió a mirar por la ventana.

— No, no, dime— dijo temiendo que se volviese a cerrar.

— ¿Podrías acompañarnos hoy...? Chris insiste en hacer un funeral a nuestra manera. O de la manera de mi padre mejor dicho... Le gustaba la fiesta— dijo sonriendo pensativa,— pero no conozco ningún lugar al que podría llevarle, ni siquiera es mayor de edad.

— Mierda Zoe, debo ir al Etéreo hasta que Yoongi se recupere...— dijo sintiéndose fatal por no poder ayudarla en lo único que le pedía.

— Oh, claro, no te preocupes. Lo siento, y-yo... no debí pedirte nada. Era una tontería de todas formas.

— No, no, nena. Espera... ¿y si vais allí? ¿Crees que sería digna despedida de tu padre?

A Nick le hubiese encantado el Etéreo, hubiese sido un sueño echo realidad para él.

— Pero... ¿Y Chris? Es menor.

— Bueno, no creo que el dueño ponga impedimentos— dijo con una sonrisa.

— No quiero que te traiga problemas con Dallas... Y no te atrevas a decir que no te los traerá.

En eso tenía razón, pero joder ¿cómo no ayudarla?