— Dios, Zoe...La chica se intentó cubrir en cuanto se dio cuenta que Jungkook miraba su herida de la clavícula pero él no la dejó.
— No es nada...
— Es un mordisco.
Él lo sabía bien, había tenido heridas iguales a las suyas cientos de veces. Pero ninguna con tan mala pinta. Era ridículo negarlo, incluso tenía la marca perfecta de los dientes.
— Lo siento... — dijo rehuyendo su mirada.
— ¿Por qué?
Jungkook no podía entender que se disculpara por algo así, quien le había hecho eso es quien debería disculparse. Estaba seguro de que le dolía más a él que a ella lo que le habían hecho y le rompió el alma cuando la chica le contestó.
— Por si sientes asco de mí.
El chico inclinó la cabeza y besó su herida con suavidad para no dañarla. Era lo más dulce que habían hecho nunca por ella.
— ¿Viste cuanto asco siento?
La vio reflejada en él, ella solo era una víctima más de ese antro de perversión y de las personas que lo frecuentaban. Era igual de frágil que la primera vez que la vio, aunque su cabello plateado intentara engañarle y su aro brillara en la nariz de manera atrevida lo tuvo claro. Ella no estaba hecha para esa vida.
Le dio mucha lastima cuando Zoe se mordió los labios intentando no dejarle ver lo mucho que le emocionaba su gesto.— ¿Quién fue?
Zoe no pensaba decirle la verdad. No descubriría a Dallas y tampoco sabía por qué le defendía aun mereciéndose que lo hiciera.
— Eso da igual.
— Claro que no. ¿Fue un cliente?
La chica no contestó, solo miró hacia otro lado haciendo que Jungkook creyera que eso era lo que había pasado aunque no fuese su intención.
— Dime su nombre.
— No lo sé.
El castaño endureció la mandíbula, no iba a presionarla pero se enteraría de quien había hecho eso y se aseguraría de que ese hijo de puta no volviese a entrar en el Etéreo.
— ¿Lo sabe Dallas?— Zoe agachó la mirada y asintió.
Jungkook se calmó un poco, seguro que ya había tomado medidas. No era ningún santo pero se preocupaba por el bienestar de sus chicos. Irónico que les tratase mejor que a él.
— No sigas, ya no me duele— mintió Zoe cogiéndole la cara para acercarlo de nuevo a ella— solo no vuelvas a mencionarlo ¿vale? Olvida que está ahí.
Fácil decirlo pero, ¿cómo olvidarlo? Era un recordatorio constante de lo que estaban haciendo con ella y de su propia vida. Zoe se merecía que la quisieran y él quería demostrarle que aun haciendo lo que hacía seguía mereciendo la pena como persona.
Volvió a besarla y la arrimó cogiéndola por la parte baja de la espalda, la chica inclinó su cuerpo y suspiró sobre sus labios encajándose perfectamente en él.— Eres preciosa.
La hizo sonreír al fin y dejó que la desnudara poniendo su abrigo bajo ella. Miró su cuerpo como la primera vez, con las mismas ganas y la misma adoración. Era la mujer más bonita que había visto nunca.
La tocó solo después de que ella lo hiciese, Zoe desabrochaba uno a uno los botones de su camisa y besaba la piel de su pecho que iba quedando al descubierto. Era suave y dulce, le dolió pensar en sí sería también así con los otros hombres.
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MUÑECOS ROTOS [+18]
FanfictionOscuro, excéntrico, lujurioso, peligroso e inestable. Sé bienvenido al Etéreo. No olvides guardar el secreto. ADVERTENCIA ⚠️ Alto contenido sexual explícito y delicado, lenguaje obsceno. Mención de abusos y enfermedades mentales. Pareja principal:...