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"Jenn_Jeon para ti, princesa."

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— ¿Me lo juras?

Jungkook pegó su pecho a la espalda de Jimin y le abrazó con fuerza reposando la cabeza entre los omplatos y rozando su mejilla mojada contra su suave piel. Estaba llorando, al fin sus súplicas habían sido escuchadas y no permitiría que nada volviese a separarlos jamás. Acarició el cabello de su chico y le besó dulcemente largos segundos. Se sentía como si hubiesen vuelto a nacer de nuevo, sentía que el dolor permanente que se había instalado en su corazón le hacía hueco al profundo e inquebrantable amor que tenía reservado para profesarle durante el resto de su vida. No era tarde, aún no era tarde para ellos.

— Te lo juro mi vida. No dejaré que te vayas.

Se sacó el pantalón de pijama sin dejar de abrazarle con su brazo libre ni un solo segundo. No podía dejar de tocarle, necesitaba sentirle por todos los años que no lo había hecho. Besaba su espalda y la mojaba con sus lágrimas. Adorándole y perdonándoselo todo. Rozó su virilidad contra su estrecha entrada preparado para volver a fusionarse como si fueran la misma persona, tal y como habían sido los primeros quince años de su vida.
Adelantó sus caderas con mucho cuidado de no dañarle.

— ¿Entonces por qué me traicionas?—Su pregunta fue fría y calculada, hizo que Jungkook se detuviese en el acto. El plateado consiguió derribarle y subirse a horcajadas sobre él para darle un fuerte bofetón en la cara aprovechando las inexistentes defensas del chico. Agarró su cuello y apretó con furia— ¡¿Cómo te atreves a intentar olvidarme con ella?!

Aflojó el agarre para que pudiese contestar pero tanta era la rabia que se mordió el labio tronando el cuello y volvió a girarle la cara de otro guantazo. Jungkook sintió como su corazón ilusionado volvía a resquebrajarse temiendo que esta vez no hubiese marcha atrás. Era tan fuerte el dolor que no pudo más que quedarse mirando preguntándose cuanta maldad más seria capaz de soportar ¿Merecía la pena seguir luchando por él? ¿Hasta dónde era capaz de llegar la demencia de Dallas para atormentarle? ¿Por qué lo hacía si sabía que era toda su vida? Tal vez... ¿y si no estuviera tan seguro de su amor hacia él?

— Porque ella me da lo que tú no. Y me gusta, no sabes lo bien que se siente...

— ¿Qué- has- dicho?— dijo Dallas rasgando las sabanas y dando un fuerte golpe con el puño cerrado al lado de su cabeza.

Jungkook no se inmutó. Quería reacciones, algo que le demostrara que le importaba más allá de toda su locura y su obsesión por retenerle a su lado.

— Me estoy enamorando de ella.

— ¡¿Qué mierda me estás diciendo?! ¿Qué hay de lo que dijiste hace apenas segundos? ¿Qué me querías? ¡¿Cómo puedes amarnos a los dos?!

— No sé cómo se te ocurre pensar que te lo estaba diciendo a ti, ¿ves a Jimin por algún lado? Porque yo no. Y sinceramente ya me chupa la polla que vuelva o no.

— Estás mintiendo.

— Compruébalo, vuelve a fingir que eres él. Ponme tu precioso culito en la cara y pídeme que te folle. Verás lo que sucede muñeco.

— A mi no me hables así sucio niñato.

Dallas cogió las mejillas de Jungkook con una mano y las apretó con fuerza, estaba fuera de sí. Hacía años que no se sentía tan desconcertado, por una vez no era él quien tenía la sartén por el mango.
El castaño ya no pensaba tener nada que perder, le daba igual que le matase si eso le complacía. Tal vez le hiciese un favor. Pero al menos se aseguraría de joderle tanto como él lo estaba haciendo ¿Mentía? Por supuesto, lo que sentía por Zoe no era comparable a lo que sentía por él. Zoe era la calma, el cariño, un deseo natural y una persona con la que podrías encontrar estabilidad en otras circunstancias, lo que sentía por Dallas era un amor enfermizo, la obsesión de un recuerdo anclado en el tiempo, era un anhelo y un dolor constante. Algo que ya no estaba seguro de poder aguantar.
Jungkook se incorporó y forcejeó con él hasta ocupar su lugar, se subió encima y le aprisionó con su cuerpo consiguiendo que Dallas sorprendentemente gritara de impotencia.

MUÑECOS ROTOS [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora