MUÑECOS ROTOS [+18]

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— ¿Quieres ser mi novio?

Dallas miró los preciosos ojos castaños brillar con miedo al rechazo, se mordía con nerviosismo el labio y sus manos se aferraron a su cintura juntándolo a su cuerpo. Era tan malditamente adorable que dolía. La respiración de Dallas se aceleró pero no se separó de él, tan solo le miraba fijamente. Estaba asustado.

— No hagas eso... no te quedes callado por favor...— suplicó, Dallas negó con la cabeza con un gesto que era lo más parecido al dolor que le hubiese visto—  ¿No quieres...?

— No puedo...

— ¡No mientas nene, claro que puedes pero no te da la gana! ¡Estas tan desesperado por estar conmigo como yo contigo!

Jungkook estaba forzando la situación, la estabilidad de Dallas era débil y empezaba a ponerse muy nervioso ¿Cómo iba a destrozar lo único que le importaba en el mundo? Si supiese quien era realmente, las horribles cosas que había hecho, no estaría ofreciéndole nada semejante, ni siquiera soportaría mirarle a la cara.

— ¿Quieres encadenarte a un monstruo, Jungkook?— dijo cogiendo sus manos para que le soltara— ¿Quieres calentarme la cama y besarme como si no acabara de follarme otro cuerpo que no es el tuyo? ¿Quieres ponerte una jodida venda en los ojos y que te diga lo mucho que te amo siendo mentira?

Jungkook retrocedió sintiendo como mil cuchillos atravesaban su corazón.

— N-no... S-solo quiero que me quieras...— dijo agachando la mirada.

— Me pides un imposible.

— ¿P-por qué?

— Porque de haberme enamorado de ti ya lo habría hecho hace años, sin embargo te miro y...

— ¿Qué pasa cuando me miras...?— preguntó el castaño sintiéndose desfallecer.

Dallas se giró dándole la espalda.

— Que no siento nada.

Dallas cerró los ojos inhalando el perfume que Jungkook había dejado al huir de él y marcharse de su casa. Era lo mejor que podía hacer, había sido un estúpido por permitir que se acercara demasiado y por fantasear que las cosas podrían ser distintas. Tarde o temprano le odiaría, y prefería estar libre de sentimientos para cuando eso ocurriera o sería su fin.
Si es que aún era posible no amarle... Si es que alguna vez lo había sido.

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Jungkook se sentó en la moto y se revolvió el cabello intentando contener las lágrimas ¿Por qué aun tenía viva la esperanza después de tanto tiempo? Se sentía tan idiota... No podía sacarse sus palabras de la cabeza atormentándole una y otra vez.
Sintió su móvil vibrar en el bolsillo y lo sacó de nuevo ridículamente esperanzado con que fuese el disculpándose pero tan solo le pedía que tuviese cuidado si iba en moto.
Como si le importara lo que le sucediera...
Salió de la conversación sin contestarle y vio que tenía WhattsAps sin leer de uno de los muchos números de Yoongi de hacía unas cuantas horas pidiéndole si podía comprar gasas y analgésicos. Se puso el casco y condujo hasta su casa, puede que fuese un hijo de puta pero era su hermano.

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Yoongi jadeó al cambiar de postura en la cama, cada vez que respiraba las costillas parecían perforarle un pulmon y apenas era capaz de abrir los ojos sin que mil alfileres se clavaran más profundo en su cerebro. Estaba hecho un trapo, pero el dolor emocional era más fuerte que cualquier otro. Subió el volumen de la televisión e intentó mirarla con su ojo sano escuchando el informativo.