Jungkook arropó a Jimin entre sus brazos y lo llevó a la cama sintiéndose mal por lo indefenso que parecía. Su chico estaba desnudo de cintura para arriba y echo bolita tumbado a la intemperie. Tiritaba y no abrió sus ojitos en ningún momento.
Acarició con un dedo un rastro metálico y brillante que parecía arrollar de la comisura de su ojo izquierdo pensando que era una especie de pintura. Pero nada más lejos de la verdad.
La lágrima que había compartido con Dallas misteriosamente había quedado tatuada en su carita, tan plateada como el lobo mismo.Jimin decidió enfermar, ese día después de que su lobo se fuera lo primero que hizo fue poner el cerrojo de la habitación y deshacerse de su ropa aprovechando que su cuerpo siempre había sido muy sensible al clima y enfermaba con facilidad. Se tumbó en el suelo frío de la terraza y la lluvia empezó a caer con intensidad ayudando a su propósito. Pensó que si se ponía enfermo, Dallas volvería. Aunque fuera para regañarle, pero lo haría. Sin embargo nadie acudió a él hasta que sin saber como y cuando Jimin ya estaba demasiado febril como para darse cuenta Jungkook irrumpió en su cuarto y se lo llevó de allí en brazos. Sin parar de mimarle y envolviéndole en las suaves y cálidas mantas de su cama para después acoplarse a su cuerpo y ofrecerle su calor corporal. Le susurró al oído, seguramente palabras tiernas, que Jimin no era capaz de descifrar.
El menor estuvo tres días enteros sin separarse de él. Bañándole para bajarle la fiebre, alimentándole aún cuando Jimin se negaba a comer, y hablándole a todas horas aunque no recibiese contestación por su parte. Aunque no sabía que más hacer en ningún momento perdió la paciencia, al menos ante él, porque por dentro sentía una impotencia que le estaba carcomiendo vivo. Y sabía que Dallas era el culpable.
El mismo que había prometido no abandonarles.
— J-Jungkookie... — dijo con la voz rasposa de los días en silencio— ¿Te...acuerdas... de mi abuelita?
El castaño le miró sorprendido, eran las tres de la madrugada y se encontraba viendo una película con el volumen muy bajo para no molestarle y para poder controlar bien el sonido de su respiración. Ahora más que nunca tenía miedo a perderle a él también. Sabía que solo era un mal resfriado, pero aun así no podía evitar preocuparse. Se acomodó de lado para quedar cara a cara y le sonrió más animado de que su chico al fin se hubiese decidido a hablar.
— "¿Vienes a ver a mi nieto, conejo?"— la imitó con cariño— Ahhh, Jimin y tú... no dejáis de darme disgustos".
Siempre decía lo mismo y a Jungkook le gustaba que así fuera. Alguna vez decía la frase a la vez que ella solo para molestarla, pero cuando subía las escaleras hacia el cuarto de Jimin saltando los peldaños de dos en dos, siempre se paraba un segundo en lo alto para contemplarla. La mujer negaba con la cabeza con los brazos en jarras pero le regalaba pequeñas sonrisas hurañas. La quería mucho, aunque siempre le llamase conejo por su tierna apariencia.
Jimin rió débilmente ocasionando que tosiera de forma muy fea. El castaño lo mimó hasta que se tranquilizó y su respiración se volvió más calmada.
— La abuelita decía que...que yo era capaz de ver lo que otros no podían. Como ella... Decía que... que éramos especiales. Tú sabes lo que la gente mala hablaban sobre ella...que estaba loca... que no podía cuidar de mi.
Jungkook lo sabía bien. No habían sido pocas las veces que le habían prohibido ir a casa de esa mujer, aunque a él solo le parecía una mujer un poco excéntrica que les contaba historias de lo más misteriosas y entretenidas. Y a fin de cuentas, nadie era quien para juzgar como criaba a su nieto, ya que Jimin nunca había dado ningún problema y era el niño más adorable y educado del colegio. Jungkook le defendía en el recreo cuando sus compañeros se reían de él por eso ganándose fama de conflictivo.
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MUÑECOS ROTOS [+18]
FanfictionOscuro, excéntrico, lujurioso, peligroso e inestable. Sé bienvenido al Etéreo. No olvides guardar el secreto. ADVERTENCIA ⚠️ Alto contenido sexual explícito y delicado, lenguaje obsceno. Mención de abusos y enfermedades mentales. Pareja principal:...