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14 AÑOS ANTES.

—¡Jiminie, Jiminie! —Su amigo llegó corriendo y se sentó a su lado sacando la lengua como un cachorrito fatigado— ¿Por qué no me has esperado? ¿No me oías llamarte?

El niño de once años se abrazó las rodillas y posó su barbilla en ellas con la mirada perdida.
— Es que hoy no me apetece jugar Jungkokie.

— ¿Estas triste? ¿La abuela te ha regañado? Hablaré con ella.

Jimin miró al castaño, siempre tenía una inmensa y bonita sonrisa en la cara. Era su mejor amigo y no dudaba en defenderle y dar la cara por él aunque para ello tuviera que enfrentar a una señora tan estricta como su abuela.

El menor negó con la cabecita.

— La abuelita no se encuentra bien hoy.

— ¿Esta enferma?

Jimin hizo un mohín y asintió con la cabeza, no miro a Jungkook para que no viera sus ojos llenarse de lágrimas.

— ¡Entraré a darle un beso y tu otro! Eso hará que sane— dijo el niño castaño levantándose con energía.

Jimin le cogió el brazo y se abrazó a su amigo, una lágrima se deslizó por su regordeta mejilla. Se la limpió antes de separarse de él. Jungkook le abrazaba a su vez como un monito.

— Hoy no Jungkokie, ya mañana. Tengo muchos deberes.

— ¿Me lo prometes Jiminie? ¡Llevamos como mil años sin jugar!

—Jugaremos en el cole, pero no vengas por aquí.

Jimin subió las escaleras de la entrada y entró a casa. El castaño hizo un puchero, ¿Por qué Jiminie no quería que volviera a su casa? ¿ya no quería ser su mejor amigo?

Jiminie abrió la puerta de la abuelita un poco y contuvo el aire antes de mirar dentro. No quería encender la luz, le daba miedo. Aún tenía la imagen grabada en la cabeza de la última vez que la encendió. La abuelita estaba con la boca y los ojos abiertos y una mano caía a un lado de la cama. No sabía que hacer ni a quien avisar. No quería que le sacaran del cole y le separaran de Jungkookie, su abuela era lo único que le quedaba en el mundo. No quería que pasara lo que tantas veces le decía ese niño tonto que tanto le molestaba; "Tu abuelita es una vieja muy vieja, se morirá y tú te irás a una casa de niños sin papás"

Abrió más la puerta para asegurarse de que realmente su abuelita se había muerto, a lo mejor se lo había inventando su cabeza y solo tenía un sueño muy fuerte. Entró en la habitación y un intenso olor a podredumbre le hizo taparse la nariz con el jersey de lana, después se acercó al interruptor.

—¡¿Park Jimin por qué no quieres que vuelva a visitarte?!

Los bracitos de Jungkook le agarraron desde atrás, había entrado por la ventana. No podía irse sin saber qué le pasaba a su amigo.

— ¡Jungkookie márchate! la abuelita está muerta.

— ¿Qué? ¡Claro que no! ¡Enciende la luz Jiminie!

Jimin agarró la mano de su mejor amigo y entrelazaron los dedos.

— ¡Enciéndela!— repitió el castaño casi en llanto.

Jimin lo hizo y los dos niños se abrazaron llorando hasta caer en el suelo.

— La abuelita está muerta, está muerta...

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Había pasado un año y dos meses desde que Jungkook lo había llevado a su casa y le había pasado un brazo por el hombro de forma reconfortante mientras Jimin se restregaba los ojitos y hacía pucheros. Se lo habían dicho a su padre y el castaño había suplicado que se quedara con ellos pero su papá se negó. No es que no quisiera a Jiminie, pero decía que ya tenían demasiados gastos. Llamaron a asuntos sociales y esa misma noche los separaron entre gritos y lágrimas.

MUÑECOS ROTOS [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora