La rarita sin casa [Fred Weasley y tú]

Parte 1: La oportunidad

Narra ____:

Me encontraba en el parque de mi urbanización, leyendo los cuentos de Beedle el Bardo, un regalo que me hicieron mis padres en mi segundo cumpleaños, justo el año que me dieron a los que ahora son mis padres, unos muggles, pero sin lugar a duda las mejores personas que he conocido en vida,siempre me han querido como si yo fuera su propia hija a pesar de saber que soy una bruja.

Ellos tenían miedo del mundo mágico, bueno, mejor dicho, tenían miedo de que algo me pasara, por eso a pesar de que debería entrar en tercer año sigo en un colegio muggle, con buenos amigos y compañeros, pero no es lo mismo...

Un sonido me sacó de mis pensamientos, era mi móvil sonando, decidí cogerlo.

-¿Sí?-dije un poco tímida.

-____, soy yo, papá, deberías de volver a casa, a pasado algo.

-¿Pero estáis todos bien? ¿mamá? ¿la abuela?

-Sí cariño, no es nada malo, tranquila.

Colgué y me marché a mi casa a un paso rápido, cuando llegué no me podía creer lo que veía...

Un señor alto, con una barba que llegaba hasta el suelo y una nariz bastante peculiar, lo podría reconocer a kilómetros, Dumbledore, el director de Hogwarts estaba en mi salón, siempre me tocaba él en los cromos de las ranas de chocolate pero, ¿qué hacía él en mi casa?

-Bu-buenas tardes-intenté decir para que supieran que había llegado.

-Oh ____, es un placer-dijo con una voz tranquila.

-Cariño-mi madre parecía un poco preocupada-el señor Dumbledore nos ha propuesto algo un tanto... distinto.

-Sé-mi padre se pausó-sabemos, que siempre has pertenecido a un mundo que no es le nuestro y que siempre has querido ir a ese colegio tan especial y Dumbledore dice que ha estado "vigilándote" por así decirlo.

-Señorita ____, su potencial es muy interesante, su poder muy fuerte y su inteligencia muy alta-me sonrojé por los comentarios-tengo un amigo que necesita ayuda, seguramente hayas escuchado su nombre, Harry Potter, ¿no es así?

-Sí señor, pero no sé de qué manera podría yo ayudarle.

-Todos necesitamos ayuda, una mano amiga, una consejera, tus amigos muggles te piden muchos consejos pero en Hogwarts te necesitamos más.

-Pero señor Dumbledore, mi hija ya tiene sus amigos aquí y además no ha cursado los cursos anteriores-dijo mi madre en un último intento desesperada para que me quedase.

-Eso no es del todo cierto, ¿verdad, ____?-dio mirándome, mi padre hacía lo mismo solo que este último lo hacía confundido- verán ella no estudió en nuestra escuela pero tiene los mismos o incluso más conocimientos que sus futuros compañeros.

-____, ¿a qué se refiere? dijo, mi padre.

Lo cierto es que hace un tiempo conocí a un chico, mayor que yo ambos sabíamos que éramos magos, él sabía de mi situación y nos hicimos amigos por correspondencia, hablábamos todas las semanas. Un día él, sabiendo mis ganas de estudiar, me prestó varios de sus libros y siempre me mandaba dulces (de ahí que tuviera cromos de Dumbledore). Les hice creer a mis padres que después de clase iba a clases de francés pero la verdad es que me iba a estudiar sobre esos libros a la biblioteca. Decidí contarlo, total, ya lo iban a saber.

-____...-mi madre parecía triste, creía que era por haberles mentido pero no- lo siento, hemos sido tan egoístas que no nos hemos dado cuenta de que no eras como nosotros...

-¿Eso significa que...?-dije esperanzada.

-Empezarás a estudiar en Hogwarts-dijo mi padre orgulloso.

-¡¡¡GRACIAS, GRACIAS, MIL GRACIAS!!!-dije abrazándoles-no os defraudaré.

-Lo sabemos cariño-dijo mi madre apretándome más.

-El señor Percy Weasley se alegrará de saber que llegará una nueva amiga y de recuperar sus libros-esto último lo decía con un tono gracioso y riendo un poco.

-¡Es cierto, volveré a ver a Percy!

Esto último lo dije saltando, no me lo podía creer, iba a ir a la escuela de mis sueños, con personas como yo, iba a conocer a mucha gente incluyendo a Harry Potter y volvería a ver a Percy después de mucho tiempo. Mi sueño iba a empezar en el mejor sitio del mundo Hogwarts, donde nada podía salir mal ¿verdad?