Parte 50: Fin del tercer curso

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Narra ____:

La luz no llegaba muy lejos pero lo suficiente para ver más allá de unos metros. Estaba todo tranquilo, pacífico y silencioso, demasiado silencioso. Algo ocurría y no era bueno, lo sabía, no sé cómo pero lo sabía, esos bichos nos estaban rodeando y yo sola no podía contra ellos. Tenía que protegerles pero a la vez necesitaba avisar hasta que alguien nos encontrara.
No tardé en decidirme. Creé una burbuja y los encerré mientras que yo me quedé fuera lanzando rayos para que alguien les salvará.

Las criaturas cada vez estaban más cerca y yo más cansada. Escuchaba pasos a mi alrededor.

-¡FUERA O NO DUDARÉ EN ATACAR!- el sonido solo se acercaba más- ¡NO VAS A CONSEGUIR HACER DAÑO A MIS AMIGOS! ¡LLÉVAME A MÍ PERO NO A ELLOS!

-¡____!- era la profesora McGonagall quien corría hacia mí, seguida de ella iban otros profesores.

La abracé y le pedí que los pusieran a salvo y volvimos al castillo.

Me quedé en la enfermería esperando a que se despertara Harry, Sirius estaba encerrado. Cuando Harry se reanimó Hermione le contó todo a Harry mientras que yo peinaba un poco el cabello de Ron.

Dumbledore entró en la sala y Harry se lanzó sobre él junto a Hermione consiguiendo que le contara algo a esta última de lo que no me llegué a enterar pero sabía perfectamente lo que le había dicho.

-Sácalo de una vez y arregla todo esto- dije después de que se fuera el director- podéis hacerlo, lo sé.

-Pero ____...

-Lo vais a conseguir, creed en vosotros.

Ambos se desvanecieron gracias al giratiempos y aparecieron al instante por la puerta.

-¡¿Pero cómo?!- balbuceo Ron.

-¿Qué pasa Ronald?- preguntó Hermione.

-Sí, ¿qué ocurre?- continuó Harry.

-¿Lo habéis conseguido?- pregunté ansiosa, a lo que Harry contestó dándome un abrazo.

-Lo logramos, tenías razón, él me quiere de verdad.

Suspiré y pasaron varios días que pasé en la biblioteca investigando sobre mis "poderes" por así decirlo. Al cuarto día fui al patio donde me encontré a todos aplaudiendo a un Harry feliz sobre su nueva escoba obviamente regalo de su padrino. Entre la multitud pude diferenciar a uno de mis pelirrojos favoritos.

-Hola Fred- se veía emocionado mientras hablaba, supuse que era porque mañana nos daban las vacaciones.

-Adiós- contestó cortante.

-¿Qué te pasa?

-¡¿Que qué me pasa?! ¡Te intento ayudar, te apoyo y lo que recibo de ti es ese golpe del otro día!

-¡SABES PERFECTAMENTE QUE YO NO ERA ESA!

-¡YA NO PUEDO MÁS ____! ¡ESTOY CANSADO DE TODO ESTO, ESTOY CANSADO DE TUS PROBLEMAS, TUS QUEJAS, YO SOLO INTENTO AYUDAR! Y YA NO PUEDO MÁS...

-Fred...- apenas pude hablar por el nudo en mi garganta.

-¡Toma, Héctor, tu Héctor te ha enviado una carta diciendo lo preciosa que eres!- me tendió un sobre abierto.

-¡¿Has leído mi carta?!

-¡Ahora el malo soy yo ¿No?! ¡NO ME HABLES, NO ME MIRES, NO ME ESCRIBAS! Me voy con MI novia.

-Ten un buen verano...- susurré llorando.

El día transcurrió en despedirse de los demás, contestar a la carta tan dulce de Héctor y hacer las maletas.

Después de un año vuelvo a casa, el tiempo se ha pasado volando y yo... Espero que Fred esté bien sin mí.

*FIN DEL TERCER CURSO*

La rarita sin casa [Fred Weasley y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora