La rarita sin casa [Fred Weasley y tú]

Parte 17: Es complicado

Narra Fred:

Nunca había caído en eso, nos llevamos 2 años, eso es bastante...

-____ llamando a Fred ¿estás ahí?

-¿Qué? Oh sí, perdona yo... solo estaba pensando.

-¿En qué? O debería decir ¿en quién?- dijo en tono pícaro.

-¿De qué hablas?

-Te noto extraño y no sé por qué creo que te gusta alguien, supongo que es intuición de mujer- oh querida, ni yo sé quién me gusta o quizás sí pero es complicado.

-¿Qué? ¿A mí? Nonono- dije intentando ser convincente.

-Oh venga ya, te puedo ayudar, soy buena celestina, por ejemplo, tengo una amiga maga, se llama Flor y es de Francia, estoy casi segura de que es perfecta para un amigo mío. Podría buscarte a alguien.

Ese momento, esa mirada, el atardecer de fondo casi terminado, el aire en la cara, el silencio, ella...

-____, la verdad es que estoy confuso... creo que me gusta alguien pero ni estoy seguro ni podría suceder.

-¿Por qué?

-Aún no puedo decírtelo, pero te prometo que algún día lo haré. ¿Y tú? ¿Has estado enamorada alguna vez?

-Es complicado, muy complicado...

-Pues explica, tengo tiempo.

-Yo... una vez conocí a un chico... me gustó de verdad pero... él no es bueno para mí y...- sus ojos se cristalizaron y unas finas lágrimas recorrieron su rostro.

Yo sin decir nada le abracé.

-Lo siento, no debí preguntar pero ese tío es imbécil ¿alguien más lo sabe?

-Percy, él siempre me ha ayudado y aconsejado pero me da miedo...

-Tranquila- nuestros cuerpos permanecían pegados, su respiración y la mía se complementaban.

-¿Podemos quedarnos así un rato?

-Todo el tiempo que tú quieras.

Después de un rato nos separamos y después de secarle las lágrimas y contarle algún chiste para animarla bajamos ya riendo hasta nuestra Sala Común donde una sorpresa nos esperaba.

Narra ____:

Fred había sido todo un caballero conmigo, puede que, al final, no todos los hombres sean unos capullos...

-Ejem...- una voz me sacó de mis pensamientos.

-¡Profesora McGonagall! Que alegría verla- dije intentando disimular.

-¡Uy, mire que hora es! ____ y yo nos vamos ya a dormir buenas noches- me agarró de la mano y me intentó llevar a las habitaciones.

-Buen intento pero están castigados, mañana pasarán todo el día limpiando el TODO el colegio.

-¡¿TODO?!- dijimos los dos a la vez.

-Bueno, no- ambos suspiramos aliviados- las salas comunes no. Buenas noches.

-Buenas noches...- dijimos ambos.

-Bueno, míralo por el lado positivo, no nos ha quitado puntos- dije intentando quitar un poco de peso.

-Y pasaremos todo el día juntos- me sonrió- bueno, ahora a dormir...

-...y mañana a limpiar.

Ambos nos fuimos a nuestras respectivas habitaciones. Yo me dormí en el momento en el que sentí las sábanas y caí en un sueño profundo, a la mañana siguiente la voz de Hermione me despertó.

-¡____! ¡Despierta! ¡Vas a llegar tarde!

-¿Qué? Oh, no pasa nada, hoy no tengo clase, me han castigado.

-¿Sin ir a clase?- preguntó Ginny.

-Eso sí que es un castigo- dijo Hermione.

-No, es que tengo que limpiar el castillo junto con Fred.

-Jajajaja, eso es un regalo- dijo Ginny saltando en la cama.

Hermione nos miraba extrañada.

-Ginny ya te he dicho que...

-Ginny no seas mala, entre ____ y Fred no hay más que...- miré desafiante a Ginny dándole a entender que yo tenía razón pero su sonrisa solo aumentó- ¡AMOR DEL BUENO!

Ambas cogieron las almohadas y empezaron a golpearme. Que pesadas...