Parte 55: Cambio de ropa

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Narra Fred:

Estaba calado hasta los huesos, no me merecía esto, pero es el precio de tener un hermano bromista.

-Una cosa te digo- dije con tono exagerado pero bromista- ojo por ojo.

Todos empezaron a reír incluido yo.

-Venga, empezad a desayunar. Tú, ven conmigo que te voy a prestar algo de ropa.

-____ ¿no crees que tu ropa le va a quedar un poco pequeña a este espagueti al que llamo hermano?- Ron se quería hacer el gracioso pero lo que de verdad hacía gracia era él intentando hablar con una tortita entera en su boca.

-Tú calla y come que me vas a dejar el suelo con migas. Venga zanahorio sube de una vez que no tengo todo el día.

Es la tontería más grande del mundo pero el simple hecho de saber que voy a estar a solas con ____ hace que mi corazón se acelere.

Subo las escaleras empapado e intentando mojar lo menos posible el suelo.

-¿____?

-En mi cuarto.

¿En su cuarto? ¿Solos? Mi corazón no paraba de dar tumbos por todo mi cuerpo mientras que mi cerebro me decía constantemente "acabas de dormir abrazado a ella y entrar a su cuarto te pone nervioso ¿eres imbécil o qué?"

Giro el pomo de la puerta y ____ está extendiendo distintas prendas de ropa en su cama.

-¿Me debería de preocupar que tengas tanta ropa de hombre?- digo sin pensar.

-¿Te preocupa?- dice ella con una sonrisa de lado mientras aprieta sus labios con un aire pillo.

-Eh... yo... me refería que ¿de quién es esa ropa?- intenté decirlo lo más serio posible.

-Oh... Parte es de mi padre y parte es de Henry...- parecía decepcionada. ¿Qué nos pasa a los Weasley? ¿Por qué cada vez que hablamos con una chica la cagamos?- Bueno- intentó evitar la tensión- he pensado que los pantalones que mejor te pueden quedar por tu altura son los de mi padre pero la parte de arriba es un poco "sosa" por así decirlo así que aquí tienes algo de Henry que creo que será un poco más de tu estilo.

-Muchas gracias de verdad.

-No tardes, te tengo que enseñar un regalo que es alucinante.

Ella iba a salir de la habitación pero le agarré de la mano.

-¡Ten cuidado, me vas a mojar!- reía inocente.

-¿Así que no quieres que te moje?- le agarré de la otra mano.

-¡Fred, no por favor!- sacudí mi pelo que estaba bastante largo ya que me lo había dejado crecer en verano y seguidamente la abracé humedeciendo también su ropa- ahora sí que te mato. O peor, te dejo sin tortitas- ____ se asomó a la barandilla de la escalera- ¡Le doy lo que quiera a quien se coma las tortitas de Fred antes de que baje!

-¡Eso no es justo!- comenzamos a forcejear a modo de broma y entre risas acabamos muy cerca el uno del otro, tanto que podía sentir su respiración- ____, ayer estabas muy afectada por el ponche y yo quería saber... ¿recuerdas algo?

-Recuerdo algunas cosas: recuerdo cantar y bailar, unas boas de pluma, Hermione bailando, un amigo mío que vino pero creo que no os lo presenté, un vídeo y ya.

-¿Entonces no recuerdas nada más?

-Bueno, quedarme dormida en el sofá y despertar la primera. ¿Debería recordar algo más, algo importante?

No recordaba el conflicto en el que casi muere pero tampoco recordaba nuestra conversación...

-No, no hay nada más, todo lo que importa es que te lo pasaras bien- algo en mi interior sabe que por alguna razón ese recuerdo tan horrendo y el nuestro estaban conectados y no me podía arriesgar a hacerla sufrir, a ella no.

-Vale, date prisa o nos vamos al torneo sin ti- me guiñó un ojo y mi corazón se volcó.

La rarita sin casa [Fred Weasley y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora