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Generalidad
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Los orcos son una raza de seres prácticamente asquerosos, horrendos, inmundos, y los cuales se presumen son parientes de los elfos. No obstante, no conservan nada de sus ancestros élficos, fuera de sus orejas puntiagudas que las muestran magulladas y mordidas.
Su inteligencia es comparable a la de un hombre normal, a excepción de no tener cerebro claro está. Solo piensan en una cosa ¡Guerra! Luchar es su vida (y su muerte también) y no hacen otra cosa que dedicarse sabotear la paz y tranquilidad atacando aldeas y comiéndose a los niños, bueno, y a las niñas también. A diferencia de cualquier otra raza (a excepción de algunos exhibicionistas), los orcos no utilizan ni ropa y, como mucho, se ponen una pequeña armadura que les cubre las zonas bajas.
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Sociedad y características
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Según las textos dejados por Yuri Prokhorov que hablan abiertamente de estos seres, los orcos, al igual que los goblins, son una raza estrechamente emparentada con el Homo kobalis (trasgo), muy célebres por su estupidez e inmoralidad, y por sus depravados apetitos. Estos atributos los sitúan entre los homínidos más desagradables de la mitología.
Son humanoides de largos brazos y piernas arqueadas, figura encorvada, con piel entre grisácea y verde, hocico y dientes caninos muy desarrollados. Miden entre 1.6 y 1.8 metros y suelen vivir unos 100 años. Son seres de las montañas que viven de la caza y de los saqueos.
Una de sus habilidades es la minería, además, suelen ser buenos herreros de armas.
La sociedad orca está estructurada en clanes o tribus, siendo siempre el miembro más fuerte de entre todos el que gobierna tal clan, el jefe tribal, guiado por chamanes. La fuerza bruta suele ser siempre el factor decisivo en cuestiones de disputa, lo cual, junto al carácter territorial de estos, suele ser motivo de frecuentes enfrentamientos entre tribus rivales orcas o con tribus goblinoides las cuales suelen compartir las mismas zonas de caza. Dado su carácter hosco y belicoso suelen hacer incursiones a poblaciones humanas a las que tratan sin ninguna clase de misericordia, o a luchar por la ocupación de otra zona poseída por otro clan.
Debido a su constitución fuerte, la inmensa mayoría de los orcos son guerreros formidables, con una resistencia al dolor sobrehumana, los cuales, mediante el uso de armas en su mayoría rudimentarias y el uso de toscas armaduras, y basándose en ataques en grupo, son capaces de abatir a quienes osen plantarles cara. Sin embargo, sienten aversión al sol, por lo cual sus ataques suelen ser nocturnos. La inteligencia no es uno de sus cualidades más notorias, lo cual hace que se conviertan en guerreros (o más comúnmente en bárbaros, pues no todos pueden asimilar la técnica y disciplina de combate de un guerrero), si bien esta deficiencia de intelecto la intentan suplir con una ferocidad increíble. No obstante, es habitual que en cada tribu haya algún chamán con conocimientos de magia chamánica, invocando el poder de sus brutales dioses.
Su escasa inteligencia hace que otras razas los engañen y se aprovechen de ellos. Resulta fácil manipularles, especialmente prometiéndoles beneficios. Pero si estos descubren que han sido engañados o estafados, los manipuladores pueden darse por muertos.
Son enemigos, entre otros, de los elfos y de los humanos, pero también lo son de otras muchas razas. Si se alían con otros seres no suelen ser leales.
Orogs: Son orcos de élite, procedentes de una mezcla entre orcos y ogros. Su altura es mayor (unos 2 metros) que la de los orcos comunes, y llegan a ser guerreros muy fuertes y altamente disciplinados por lo que van encabezando el ejército orco.
Semiorcos: Son una mezcla de orcos con otros humanoides como goblins, humanos... Forman una serie de razas mestizas que tienen sus propias creencias y adoran a sus propios dioses. Además, su mestizaje con humanos les proporciona mayor habilidad en sus movimientos y en la lucha, cualidad de la que siempre alardean.
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Códex Mitológico [EN EDICIÓN]
FantasyNuestros antepasados se sintieron insatisfechos ante la pobreza de acontecimientos que su vida cotidiana les deparaba. Además al ignorar el verdadero alcance de ciertos fenómenos naturales, como el rayo y el trueno que se desataban tras una tormenta...