CAPITULO XVIII "YO CUIDO DE VOS Y VOS DE MÍ"

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— Quédate quieto, por favor — le pedí

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— Quédate quieto, por favor — le pedí.

Eran las once de la mañana, pero sinceramente esto de cuidar a Gamaliel, era una auténtica tarea titánica. A lo mejor y exagero, pero su condición era bastante seria, tenía que vigilarlo incluso si movía un dedo estando dormido para que no se le formara un coágulo, porque ese era el mayor riesgo.

— Haz cicatrizado bastante bien — le dije después de limpiarle la herida —. ¿Te duele la cabeza?

Me miró de reojo y frunció el cejo. — Jensen, no soy un bebé, estoy bien, en serio.

No lo es, pero bien que actúa como uno.

— El doctor nos preguntará sobre estas cosas, tengo qué saber si te duele la cabeza o hasta la uña si hace falta.

— Amor, vamos a una fiesta, estoy bien. — inhaló. — Vos te ves cansada ¿Querés que me sienta mal?

— Con mayor razón tengo que cerciorarme de que estés bien, no quiero que colapses en plena fiesta, o lo que sería peor, en antes de subir.

Me detuvo las manos. — Vos te preocupas mucho por mí, Jensen, te amo, estoy bien, te lo prometo.

— Sólo quiero que estés bien.

— Lo estoy, vos sos la mejor cuidándome del mundo.

— Eso intento — me quité los guantes de látex y tiré las gasas viejas a la basura —. ¿Te tomaste el medicamento, no?

— Me lo diste vos en la boca, cielo, ya, ya, pará vos con esto.

— Perdón, creo que se me había olvidado — suspiré rascándome el ojo.

Me tomó de las manos y me instó a sentarme en sus piernas. — Vos sos mi ángel, en serio, estoy bien, no me dolé la cabeza, yo puedo respirar bien, no hay mareos desde hace dos días, vos tenés que relajarte, yo ya estoy bien ¿Entendés?

Apoyé mi cabeza sobre su hombro — Lo siento...

— Lisa, tranquila. — me abrazó. — Estoy bien ahora y es gracias a los cuidados que vos me diste, sin vos me hubiera dado una infección seguramente o me hubiera fumado ese cigarrillo de hace tres días, pero vos, vos, sos muy hábil.

— ¿Ya te había dicho que eres bastante cómodo? — le dije cerrando los ojos.

— Y también canto que duermo a las niñas bonitas como vos ¿Estás lista para bailar hawaiano? — me sonrió y me abrazó con más fuerza.

Levanté el puño — Wupi...

— La fiesta de Miguel es compleja, Miguel murió hace tiempo, él, Remington y Joaquín eran inseparables, pero pasan cosas, Miguel murió y se hace esta fiesta cada año en su honor, pero al menos este año creo que no será como los anteriores.

Oír eso hizo que me despertara, porque, bueno, me estaba contando algo importante sobre él.

— ¿Qué pasó con él?

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