CAPITULO LIV "FIESTA HAILHOUSE"

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6240, parece un número común, pero no, es mi número de preso, soy Elvis y ésta, es mi fiesta

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6240, parece un número común, pero no, es mi número de preso, soy Elvis y ésta, es mi fiesta. Mi vieja había hecho un drama del carajo porque la abuela decidió dejarme la hacienda para hacer una fiesta, no sé cómo mierdas estaré dentro de cuatrocientos metros a la redonda en este enorme lugar, pero bueno, lo voy a intentar. Había mandado conseguir el atuendo igual al de Elvis, todos tenían que venir vestidos de presos, es mi puta fiesta y yo decido como tenén que venir todos ¿O no?... Sí, eso pensé. Me vestí mucho antes de la fiesta, en serio, era Elvis, rubio, más guapo, argentino y con mala suerte para el amor, me tiré en el sofá principal de la hacienda, terminé con la cabeza colgando mientras jugaba Pubg mobile en línea con Ross (mi ex compañero de Skyfalls).

— Vos sos un pelotudo de mierda, Ross.

— Vos no me digas así, pendejo, vos no disparas ni en defensa propia.

— Estoy disparando, pelotudo, vos no te movés ni para cuidar tu culo flaco. – disparé desesperado, mierda, nos matarán los contrarios si seguimos así. — ¿Vos sabés por qué tardan mucho?

— Ya sabes vos lo que es venir de compras con Rick, es una puta diva, pero ya me aplasté en la banca y ya está, a la mierda el resto, dispará pelotudo, dispará.

— Vos cállate, me desconcentras. – disparé. – Bang.

— Oye Gamaliel ¿Vos estarás encerrado mucho tiempo?

— No pelotudo. – disparé. – Me dejarán libre para el jueves, yo no maté a ese tipo, ni lo conozco ¿Por qué? ¿Vos estás preocupado por mi o que mierdas? ¡Dispará!

— Ya disparé. – hizo una pausa. – Izquierda. – me giré y disparé. – Es que, me dijeron, vos no me creas, pero supe que Armando y Juan estaban contemplando buscarte a vos, Armando ya es capitán.

— Yo soy teniente, no me da frío, él se quedó en el ejército más tiempo que yo, no me preocupa.

— Micaela también está arribando a México, Gamaliel.

— Esto es grave entonces, realmente necesitan que vaya con ellos.

— Sos un patriota que querés que hagan. – la gente dice que cuando vos le servís a dos amos, le terminas soplando las pelotas a uno, así me pasó a mí cuando estuve con vida artística, amorosa y militar, soy un patriota, quería aprender muchas cosas, perfeccionar mis conocimientos, pero siempre hay algo que arruina todo, había alcanzado mi grado de teniente y paren de contar, no he vuelto a ejército para nada en más de dos años, la última vez que me fui y volví, casi matan a mi hermano por mis debilidades.

— Dispará, colega, dispará. – estaba aún de cabeza con los pies encima del respaldo del sofá cuando vi a la Anderson sentarse frente a dónde yo estaba, la ignoré por completo y seguí jugando, al fin que si habla por los auriculares no escucharé. – La derecha, Ross, la derecha, joder, mové el culo, pelotudo, hasta virtualmente sos una carga, a un lado, va el experto. – tomé la bazuca y disparé al edificio, estaba tan adentrado en mi juego que apenas y me percaté cuando Anderson me quitó mi móvil y colgó mi enlace con Ross. — ¿Vos estás perdiendo la cordura acaso?

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