La Bratva ha decidido abandonar "La asociación" comandada por Eiden Palacios, con ello, consolidan una vez más su enemistad.
Madaby Palacios no es ninguna paloma blanca, a pesar de los esfuerzos vanos de su hermano mayor, se verá atraída por los be...
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Todos volvimos a la casa de mi madre, Bárbara estaba a salvo y Sam la abrazó apenas la tuvo a la vista, habíamos llegado todos con excepción de los gemelos.
— ¿Y mis hijos? – preguntó mi hermana. — ¿Mis hijos?
— Hablemos adentro, tía. – le dijo Mauro a mi hermana, nos sentamos todos, Remington estaba iracundo y tenía curiosidad de saber por qué.
— Habla. – le dijo Mauro a Remington, se sentó cerca de Edilson y de Jany, cruzó los brazos.
— Aun me cuesta creer lo que voy a decir, pero mientras rescatábamos a mi madre fui enterado de una traición que no estoy dispuesto a tolerar, Kumiko me informó que Gideon fue quién le dio nuestra posición la noche en la que mataron a mi abuelo, Gideon no lo negó.
— Gamaliel afirma que Gideon no está seguro de haberlo hecho. – dijo Mauro, mierda, esto ya había pasado una vez.
— ¿Qué es lo que quieres Remington? — tenía que preguntarlo.
— Quiero a Gideon, Gamaliel no me interesa, aunque ambos deberían morir, porque Gamaliel también lo sabía.
— ¿Has perdido la cabeza Remington? ¿Vas a creer las cosas a modo de esa puta?
— ¿Lo sabías, tía?
— Por supuesto que no, nunca he dicho que mis hijos son perfectos en actos, pero no harían algo así, por nada del mundo.
— ¿Ni por una mejor posición en MontePalacios? Si yo no estaba, era más para todos.
— No seas ridículo. – Ainhoa miró a Renan. — ¿Es en serio Renan? – Renan estaba tan confundido como todos los presentes, ni siquiera miró a mi hermana.
— Es la verdad.
— No lo es, Remington, a pesar de que Eiden nunca hizo distinciones con ustedes, hay jerarquías y ellos están por encima de ustedes dos, después comanda Mauro y al final tú, no hay razón por la cual Gideon haya revelado la posición de mi tío Matías por ningún motivo. — afirmé
— ¿Por qué estás tan seguro, tío? ¿Sabes algo?
— Cuida tu lengua cuando hables conmigo, Remington, conozco mi lugar y si necesitas que te muestre el tuyo así será, sé racional.
— ¡Quiero la cabeza de ese pendejo! De la puta me encargo yo.
— Se pueden ir a la mierda con sus ideas, sobre mi cadáver vas a tocarle un cabello a mis hijos o a mi nieto, puedo olvidar que llevas mi sangre, todos ustedes, puedo olvidarlo, se pueden ir a la mierda, si uno de mis hijos muere, voy a destruirles todo. – señaló a Remington. – Y espero que seas tan hombre como ahora. – Bárbara se puso frente a su hijo.
— Noa, no es necesario hacer esto más grande.
— ¿Me lo dices cuando tu hijo está pidiendo la cabeza de mi Gideon? ¡Váyanse a la mierda, los tres! – Renan iba a detener a Ainhoa, pero Thiago respingó de inmediato.