CAPITULO LX "DOS DISPAROS LO CAMBIAN TODO"

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— Sam ¿Podrías calmarte? Es un bebé, no una bomba nuclear

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— Sam ¿Podrías calmarte? Es un bebé, no una bomba nuclear.

— Di lo que quieras, pero ambos sabemos lo que un bebé representa en este mundo, no quiero que Roma sufra lo que me pasó a mí, o a tu madre. Si llegan a enterarse de esto...

— ¿Estamos aquí o no? Cálmate, estaremos con ellos.

necesitada me abrazó — Prométeme que ese bebé no correrá peligro, no quiero que Eiden sufra.

— Sam, haremos lo que esté dentro de nuestras posibilidades para proteger a ese bebé, lo haremos, Sam, confía un poco más en Eiden.

— Mi bebé tendrá un bebé, ¿cómo es eso posible?

— Tu bebé ya tiene veintiséis años, Sam, es un hombre, un hombre que hace las cosas correctamente.

— Todavía no puedo creer que ya se hubiera casado. Es mejor a saber que mete a cualquiera en su cama, pero... Dejó que ella lo robara de mí, de mí, Gib.

— Sam, Eiden siempre ha sido un niño muy independiente, te lo robó la edad, es un hombre, algo tendiente a las mujeres como... cualquier Palacios antes de enamorarse, pero será padre y es hermoso.

— Nada de esto es justo — gimoteó sobre mi pecho.

— Tendrás a un mini Eiden ¿No te emociona? ¿Lo recuerdas? ¿Cómo era cuando estaba pequeñito? Sus ojos enormes de un color hasta el momento extraño, su cabello rubiecito, ¿Su manía por comer melón todo el tiempo?

suspiró nostálgica — No importaba qué fruta le pusiera enfrente, él lloraba hasta que le dábamos su melón.

— Ahora tendremos un bebé, un nieto, que seguramente será guapo, tiene mucho de dónde salir así, le cuidaremos, con nuestra vida Sam. — le besé la frente. — Vamos a comer, los muchachos nos esperan.

— ¿Sabes? El que ahora venga un bebito en camino me servirá para hacer que Jack regrese con nosotros — comentó, tomándome de la mano —. Ya no tiene más excusas para seguir lejos de nosotros.

— ¿Dices que mis hijos tienen la culpa de que tu hermano se haya ido? No lo digas de ese modo que le tomaré rencor.

— Buenos días. — dijo Jared. — Zeta se irá a trabajar hoy.

— Yo jamás inferí eso — me susurró, le sonrió a su rayito y lo abrazó —. Buenos días, mi vida.

— Buenos días señores Palacios, siempre es un placer estar en su casa, pero tengo un vuelo pasado mañana a Portugal, tengo que volar a la capital esta noche. — Jared hizo un puchero.

— Oh, pero... No hace falta que te vayas hoy, ¿o sí? — le preguntó Sam.

— Es necesario, tengo que reportarme en el hotel a primera hora, pero volveré para mi próximo descanso.

♛ 𝘌𝘯𝘦𝘮𝘪𝘨𝘰𝘴 𝘐𝘯𝘵𝘪𝘮𝘰𝘴 ♛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora