CAPÍTULO XXXVIII "ALIANZAS Y TRAICIONES"

250 36 77
                                    

Venía yo de buenas y como siempre tenían que sacarme de mi zona feliz, a veces pienso que el mundo no está muy contento con mi felicidad, y le gusta arruinarme la existencia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Venía yo de buenas y como siempre tenían que sacarme de mi zona feliz, a veces pienso que el mundo no está muy contento con mi felicidad, y le gusta arruinarme la existencia. Apenas bajé del jet, Gideon, Mauro y Remington desde la camioneta esperaban nuestro arribo.

— ¿Qué pasó?

— Jian envió una señal de S.O.S a nuestros aliados en Panamá, la localización que envió era de Cartagena, los recogieron ahí nuestros amigos y están volando para acá, Gamaliel está herido, pero bien.

— ¿Qué información tienen?

— Viene con ellos, pero creo que mi hermano vio algunas cosas más.

— ¿En cuánto tiempo aterrizan?

— Diez minutos. – dijo Mauro mirando el reloj, tomé de la mano a Roma.

— Amor, creo que deberías ir a casa con mi abuela, te veré ahí, tengo que arreglar un asunto con Gamaliel. – ella miró a los demás, supongo que busca una forma de justificar su estadía a mi lado, asintió no muy convencida.

— Sin peleas, señor Palacios.

— Sin peleas. – le respondí, le besé los labios, ladeé la cabeza para Venegas y la subió a otra camioneta.

— Si le pasa algo, haré que Hunter use tus riñones de juguete.

— Estará a salvo, las amenazas son inútiles.

— Solo para no perder la costumbre. – abordé la camioneta con mis primos, fuimos a otra parte de las pistas de aterrizaje y finalmente, llegó el avión de Gamaliel y Jian Li, Gideon no pudo esperar, y se acercó rápidamente a su hermano que usaba unas muletas para caminar.

— ¿Qué pasó?

— Siento que todo mundo nos escucha ¿Vos podrías hacer preguntas hasta que estemos lejos del público? – lo abrazó con desesperación.

— Estaba preocupado por vos. – le miró el rostro. — ¿Cómo fue?

— Chocamos de frente.

— ¿La pierna?

— Un cuchillo. – Gamaliel me miró, me dio la memoria USB.

— ¿Cómo estás?

— Bien.

— ¿Qué viste?

— Es peor de lo que nos imaginábamos.

— Vámonos, para que nos pongas al tanto. – asintió. Abordamos la camioneta y Rocha condujo a la hacienda que ya se encontraba en óptimas condiciones para operar, nos encerramos, como siempre, nos sentamos en la mesa de la liga de la justicia y Gamaliel comenzó con el discurso mientras me mostraba el contenido de la USB.

— Bien, aquí tenemos mensajes encriptados enviados a dos cuentas distintas, el mismo mensaje, a dos cuentas distintas.

— ¿Qué dice el mensaje?

♛ 𝘌𝘯𝘦𝘮𝘪𝘨𝘰𝘴 𝘐𝘯𝘵𝘪𝘮𝘰𝘴 ♛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora