CAPITULO XXIX "TEMORES FUNDADOS"

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— ¡Maldito vestido de porquería! — maldije intentando cortar la falda, que por cierto no tendrá salvación con tanta sangre —

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— ¡Maldito vestido de porquería! — maldije intentando cortar la falda, que por cierto no tendrá salvación con tanta sangre —. Hola, busco a Gamaliel Rivas y no me diga que no está en este hospital porque no tengo la tolerancia suficiente para aguantar pendejadas.

La enfermera de turno tragó saliva.

— El paciente que busca no está en este piso, señorita, fue llevado a sala de urgencias.

— Tanto balbuceo no hacía falta. Gracias.

¿Es que él y yo no podemos salir a ninguna parte sin que nadie intente matarlo? ¡Aigh! ¿Para qué escogí éste vestido de mierda?

Le robé el uniforme a una enfermera a la cual no detallaré, todo lo que necesitan saber, es que mandé al caño el vestido.

— ¿Sabe dónde puedo hallar al paciente Gamaliel Rivas? — le pregunté al médico de piso.

— ¿Jensen? — es obvio que estaba histérico, estaba llorando, desesperado, manchado de sangre, por todos lados.

— ¡Gamaliel! — velocidad me hizo falta para ir con él —. Dios Santo, Gam, ¿qué te hicieron?

— Es... estoy bien, y—yo estoy bien, Eiden, Eiden me salvó, no sé, no, no, no sé si lo logre. — estaba tembloroso, los ojos rojos por las lágrimas. — No lo sé.

le tomé de la mano — Tranquilo, tranquilo, todo esto ya pasó.

— Me iban a disparar a mí, no a él, a mí, la puta madre. — se le escapaban las lágrimas sin que pudiera ser consciente de ello. — Iban a matarme a mí. — se quitó el saco manchado de sangre, lo lanzó al suelo y golpeó la pared.

— Gam, sé que estás alterado y lo comprendo, pero necesitas calmarte, puedes hacerte daño — pero estaba demasiado histérico como para hacerme caso —. ¡Oye, oye, basta, deja de golpear así las cosas! — usando la fuerza lo detuve de los hombros. Mírame... ¡Mírame, Gamaliel! El incidente ya pasó y Eiden estará bien, te lo prometo.

Mentirosa nivel indefinido. ¿Cómo iba a saber yo si el tipo lograría vivir? No sé nada sobre su condición médica.

— ¡Gamaliel! — Gideon casi que corrió a abrazar a su hermano. — ¿Estás bien? ¿Vos estás bien? ¡Mírame! ¿Estás bien?

— No sé, Eiden.

— Lo sé, cálmate vos, lo logrará, todos sabemos que es un hijo de puta. — abrazó a su hermano y me miró. — ¿Vos estás bien Eli?

— ¿De verdad crees que eso es lo más importante? Mira a tu hermano, está en shock.

— Es importante para él saber si vos estás bien, solo dilo, no le es fácil preguntar ahora, pero queré saber, solo dime que vos estás bien.

— Estoy enojada con los tarados que le hicieron esto — suspiré —. Pero sí, estoy bien.

— Gama. — le palpó el rostro. — Volvé, volvé vos. — poco a poco se fue calmando. — Todo estará bien, ya verás, Eiden lo logrará, es un hijo de las re mil putas, no va a morir, vos tranquilo. — asintió, después me miró y me abrazó.

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