CAPITULO LXXXIV "MARIDO Y MUJER"

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— Luces hermosísima — me dijo mi tía Irina

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— Luces hermosísima — me dijo mi tía Irina.

— Sucede que una gran modista confeccionó mi vestido — dije agradeciendo a mi abuela Joanne.

— Estoy muy feliz por ti, mi niña — me abrazó —. Que tu matrimonio sea prosperado en abundante amor y felicidad — deseó —. Y haz pedazos a tu novio esta noche.

— ¡Abuela!

Terminamos riéndonos todas las mujeres en aquella habitación que no, no era suficiente para nosotras. Estaban ahí dentro mis tres abuelas, mis tías, mis primas e incluso mis tres alocadas amigas que serían mis damas como tanto me exigieron por años.

— ¿Saben si mi padre ya arribó? — les pregunté.

— Está muy cerca de aquí, tu padre jamás se perdería su última oportunidad para decirle a Gamaliel que no te robe — aseguró mi tía Samantha.

— Tiene un muy excelente punto — acordó mi madre que estaba entrando con mi hermanito Darious.

Darious Anderson Bishop nació hace apenas dos meses, me lo he comido a besos desde entonces, mamá tuvo que pasar por casi doce horas de labor de parto en las que papá fue golpeado como cinco veces, pero después de aquello, mi hermanito ha sido el más consentido de la familia. Se ve tan lindo y tierno con su trajecito que quiero robármelo y ponerlo en una vitrina.

— De acuerdo, damas, es hora de que la novia salga ya antes de que el novio termine creyendo que huyó — dijo mi abuela Tessa.

— Eso también es cierto — acordó mamá.

Sinceramente no quería irme sin papá, pero confiaba en que lo vería en la playa cuando llegáramos. Al menos eso espero.

Como veinte o veintidós minutos después estábamos llegando a la playa, me detuve a pensar las cosas y vaya sorpresa, no tenía miedo, tampoco estaba nerviosa, de hecho, me sentía me sentía realizada porque finalmente las cosas parecían ir bien. Después de tantos años creyendo que jamás me enamoraría o que me casaría, pero mírenme, en realidad estoy haciendo ambas cosas.

— Cariño, tu padre ya está aquí — me dijo mamá.

— Okay, gracias — abracé a mi madre como si fuera de nuevo una niña —. Gracias por todo, mamá.

— Mi hermosa niña — besó mi frente —. No olvides que, aun siendo la esposa o madre de alguien, siempre seguirás siendo tú.

— Ya oí, ya oí, no tienes que atosigarme tanto, Larty — dijo papá poniéndose la corbata —. Hola, tesoro — besó mi mejilla —. Perdona el retraso, pero como sabes, te prometí una boda pacífica.

— ¿Tú estás bien? — le pregunté.

Asintió — No te preocupes, yo siempre estoy bien.

Bien, si como no. Nadie podría ignorar las manchas rojas que tiene en su cuello, esas sólo son prueba de que en realidad no se siente bien. Sus ojos llorosos sólo son la firme evidencia de que no está para nada bien.

♛ 𝘌𝘯𝘦𝘮𝘪𝘨𝘰𝘴 𝘐𝘯𝘵𝘪𝘮𝘰𝘴 ♛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora