CAPITULO XXXII "AQUÍ ESTOY YO"

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Diez o quizá veinte segundos ahí dentro y podría irme a cualquier parte del hospital

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Diez o quizá veinte segundos ahí dentro y podría irme a cualquier parte del hospital. Pero también existía la posibilidad de que regresara cinco minutos después y notara que no estaba ahí, lo que seguramente me traería problemas. Wupi.

Mi pálido y ojeroso primo me miró de reojo. — Siéntate Eli, no se tardará ¿Tuviste acción en el WTC? Me han dicho que tienes muy buena puntería.

— Denisovich me enseñó — me crucé de brazos —. ¿No deberías dormir o algo así?

— No puedo dormir, me duele todo el tiempo, no es fácil, sin embargo, es bueno que solo haya sido yo y no también el rubio.

— Mjm.

Ojalá que Gamaliel regrese pronto, no creo soportar tanto tiempo con este tipo.

— ¿Tu mamá está bien?

— Ajá.

— Eso es bueno, el abuelo me dijo que el tío Jack está inquieto, salúdalos de mi parte cuando les veas.

Ah claro, ahora le da gana de llamarlo tío.

— Mjm.

— La última vez que te vi, tenías diez años, tal vez menos, había estado molesto con el tío Jack por eso, después pensé que tendría sus razones para mantenerte lejos, solo pensé en este tiempo en muchas formas de hacerlo sentir mal por ello, por no permitirnos ser parte de tu vida o al revés, entonces recordé que mi abuelo Isaac una vez me dijo que todos tenemos razones fundadas para hacer cosas y está bien, aún ahora como quieran manejarlo, está bien. — me dijo casi en un susurro.

— ¿Esperas que me maraville?

— No, solo que no hagas que Gamaliel tome decisiones que le duelan, somos familia porque lo dicta la genética, no me conoces y no te conozco, mi abuelo también me dijo que cuando estés dispuesto a hacer algo, que sea por amor, lo demás, es anécdota.

— Mmm, pues qué bonito.

— Olvidé lo más importante y casi pierdo al amor de mi vida, mi familia y mi vida misma, solo no lo lastimes, ya ha sufrido demasiado.

— ¿Algo más con lo que quieras gastar saliva? — le pregunté revisando mi celular.

Se rio. — Ay Elizabeth, deberías saber que hay batallas que por más que intentes soportar, no ganarás.

— Mjm...

¿Qué clase de hospital no tiene una señal decente de wifi? Deberían ser más atentos con la gente que no tiene cómo huir de aquí.

— Oh vamos ¿Desde cuándo estás en algún lugar a la fuerza? ¿Tú? Nah.

— Volví, ahora sí, Fürher ¿Vos cómo estás?

— Recordando esas palabras del abuelo, ¿Las recuerdas? ¿Cuándo fuimos a meditar al templo?

— Lo recuerdo bien... Ten vida sencilla y pensamiento elevado, pues rico no es el que más tené, sino el que menos necesita.

♛ 𝘌𝘯𝘦𝘮𝘪𝘨𝘰𝘴 𝘐𝘯𝘵𝘪𝘮𝘰𝘴 ♛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora