La Bratva ha decidido abandonar "La asociación" comandada por Eiden Palacios, con ello, consolidan una vez más su enemistad.
Madaby Palacios no es ninguna paloma blanca, a pesar de los esfuerzos vanos de su hermano mayor, se verá atraída por los be...
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Me senté lo más erguido que pude.
— Hola, hola, Micaela, ¿Cómo estás vos?
— Buscándote. – observó el atuendo. – Luces bien con cualquier tipo de uniforme ¿No es así? ¿Elvis?
— Si, Elvis. – miró la tobillera.
— ¿Vos intentaste matar a ese sujeto?
— Hiciste la tarea antes de venir con tu maestro.
— Indago qué tanto vos has cambiado, te hice una pregunta.
— Sabes bien vos que yo no fallo.
— La respuesta es no.
— La respuesta es un no, Mica ¿Qué haces vos acá?
— Tengo una misión.
— ¿Aquí?
— Si, vos sos mi misión. – elevé una ceja.
— ¿Qué querés?
— Te necesitamos, en el equipo.
— Vos sos la jefa. – sonreí. – Vos sos la jefa ¿Sos Capitana? Dios.
— No vengo a pedirte esto como superior jerárquico, Gamaliel, es una operación conjunta, necesitamos de vos.
— ¿Vos viniste a México a decirme que necesitas de mí?
— Llevas más de dos años inactivo, es normal que tenga que venir a asegurarme que vos no me dejarás en visto si mando un mensaje o que atenderás mis llamadas ¿Desde cuándo bebes sin control?
— ¿Acaso me ves descontrolado? Estoy bien. – se sentó a un lado mío, demasiado cerca de mí diría yo, me tomó ligeramente de la mano.
— Necesito que vengas, te necesito a vos. – quité mi mano.
— No estoy cómodo.
— Somos profesionales, vos sos el mejor francotirador de todo el ejército.
— No me digas. – crucé los brazos.
— Gamaliel, necesito de vos, lo estoy diciendo ¿Qué más querés?
— Pensarlo, mi hermano se acaba de casar, está de luna de miel, mi vieja no me queré ver y mi viejo pues bueno, tengo su apoyo moral como siempre, no sé si estoy listo para una misión conjunta.
— ¿Lo decís por tu ex novia? – ladeé la cabeza.
— Hiciste la tarea, definitivamente vos la hiciste y no, no es por ella, estoy muy bien, solo necesito resolver unos asuntos mentales para tomar una decisión.
— Toma en cuenta Gamaliel que yo te estoy diciendo que te necesito.
— Sí, no olvido lo que hiciste vos por mí. – suspiró antes de ponerme su mano en la mejilla.
