CAPITULO XCII "¿CASTILLO VS CASTILLO?"

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Estaba estresado, estaba estresado por todo pero a la vez me sentía feliz y en paz de ver a Shenna tan estable con el embarazo, soy un irresponsable ¿Acaso puedo protegerla? No me quitaba la idea de la cabeza, no soy capaz de cuidarme a mí menos a...

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Estaba estresado, estaba estresado por todo pero a la vez me sentía feliz y en paz de ver a Shenna tan estable con el embarazo, soy un irresponsable ¿Acaso puedo protegerla? No me quitaba la idea de la cabeza, no soy capaz de cuidarme a mí menos a ellos, exhalé.

— ¿En qué piensas?

— Creo que vos deberías ir a casa, Shany.

— ¿Qué?

— Ir a casa, con tus padres, donde vos estés a salvo.

— ¿Gideon, qué pasa?

— Que no me siento preparado, para protegerte a vos, al bebé, me siento totalmente incompetente Shany, eso pasa, vos deberías ir a un lugar donde estés a salvo, conmigo no es.

— Gideon, ya hablamos del tema, eres mi marido y claro que puedes cuidarnos.

— ¡No! ¡Vos no me mientas! ¿Qué haré si te pasa a vos algo? ¿Al bebé? No es algo con lo que vaya a poder vivir tranquilo, Shany, las cosas no están bien.

— Gideon, hemos estado bien desde que éramos novios ¿Qué está cambiando? ¿Por qué te sientes así?

— Hablaré con tu padre. – me levanté del sofá dispuesto a hablar con mi suegro sobre mi incompetencia para proteger a su hija.

Fine, we're damaged, really damaged, but that does not make us wise, we're not special, we're not different, we don't choose who lives or dies, let's be normal, see bad movies, sneak a beer and watch TV, we'll bake brownies or go bowling, don't you want a life with me? – me abrazó por la espalda. — Can't we be seventeen? That's all I want to do, If you could let me in, I could be good with you. – suspire. Seguí la letra, la letra que cantamos en nuestra boda.

— No tengas miedo, el lugar más seguro para el bebé y para mí, es contigo. – abran paso al pibe más pelotudo de toda la comarca Argentina, sí señor.

— Lo siento, Sheena.

— El miedo no hace eso con los tuyos, debes tener calma, generalmente el miedo, te hace reaccionar, no te paraliza, entiendo que ahora sea diferente, pero las cosas mejorarán, siempre mejoran. – me tomó de la mano y me abrazó nuevamente. Lloriqueé.

— ¿Por qué no puedo quitarme esa idea de la cabeza? ¿Acaso soy un inútil?

— Para nada, un inútil no me hubiera embarazado en el primer asalto. – tragué saliva, me reí nervioso.

— Ah, ésta mujer, no diga eso de ese modo, suena a que su marido es poderoso, si alguien la escucha, lo van a sonrojar.

— Él tiene la culpa, le tengo que recordar lo bueno que es en muchas cosas, le dan ataques de ansiedad.

— Ah, es re pelotudo, alto quilombo que se hace por nada, estoy perdiendo el estilo canchero que me portaba al hombro, Gideon, vos estás exagerando, vos sos Gideon. – suspiré. – Eso no me ayuda, no me tengo fe.

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