CAPÍTULO XXXVI "JOKER Y HARLEY QUINN"

193 30 24
                                    

— ¿Ya se dieron cuenta de que se están malinterpretando entre sí?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— ¿Ya se dieron cuenta de que se están malinterpretando entre sí?

— Ese parece ser el fuego de esta relación. — tosió un par de veces. — Me voy primero.

— Ah claro, como siempre sales con la misma opción. Cada vez haces lo mismo — le reclamé.

— Elizabeth, basta, sólo empeorarás las cosas — me dijo mi papá.

— ¿Querés seguir peleando frente a tus viejos? Yo no ¿Sos humana? Ya lo estoy dudando. — miró a mis padres. — Disculpen, de verdad. — retrocedió y siguió camino a la salida.

— Jack...

Mamá se apoyó sobre el hombro de papá, pero ni así evitó desmayarse.

— ¡Mamá!

— Madre mía. — Gamaliel miró a su derecha y después entró a la habitación, pocos segundos después, apareció con un médico, al que traía a jalones. — Ella, no me mire así que pierdo la paciencia más rápido de lo que vos recetas paracetamol. — el médico se inclinó y atendió a mi mamá rápidamente.

— Darah, vamos, despierta, soy demasiado joven para hacerme viudo — le dijo mi papá.

No pude evitar la culpa porque es seguro que en mi estupidez le provoqué esto a mi madre.

— Mamá, despierta, por favor, lo siento mucho, pero despierta, mamá.

— Es necesario llevarla dentro para hacer una mejor evaluación.

Mi papá la cargó en brazos siguiendo al doctor hasta la habitación donde atendieron a Gam.

— ¿Y bien? Supongo que el ultrasonido nos dirá si el purrete está bien ¿Cierto?

— Eres muy histérico para ser tan joven, Gamaliel.

— Vos no me conoces. — le dijo al médico.

Un sentimiento de alivio invadió mi alma cuando empezó a reaccionar.

— ¿Por qué tienes esos ojos de Pikachu espantado? — le preguntó a mi papá.

— Te desmayaste en pleno pasillo, dime tú ¿cómo no voy a espantarme con algo así? Eres mi esposa, Darah, sin ti no puedo ni respirar normal.

— Señor Anderson, no pensé que fuera tan lírico ¿Cómo se siente señora Anderson? No podía irme así.

— Lo sé. Gracias por llamar al médico, fuiste muy atento.

¿Alguien además de mí se perdió?

— Oye, oye, si estabas desmayada ¿cómo sabes que él fue por el doctor?

Encogió inocentemente los hombros —Tal vez improvisé...

— Ah, señora, usted me recuerda a mi vieja, una vez evitó que me fuera de quilombo con mis amigos fingiendo que se le bajó la presión, me dijo que, si me iba, se sentía mal ¿Por qué son así? Bueno, no importa, compartiré habitación con la señorita pro aborto unos minutos. — cruzo los brazos. — Es una pena, parece que usted no tendrá nietos.

♛ 𝘌𝘯𝘦𝘮𝘪𝘨𝘰𝘴 𝘐𝘯𝘵𝘪𝘮𝘰𝘴 ♛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora