La Bratva ha decidido abandonar "La asociación" comandada por Eiden Palacios, con ello, consolidan una vez más su enemistad.
Madaby Palacios no es ninguna paloma blanca, a pesar de los esfuerzos vanos de su hermano mayor, se verá atraída por los be...
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Si vos tenés una duda de cómo es Gibran enojado, tendrías que estarle viendo ahora. A pesar de que ya éramos viejos, parecía no pasarnos los años al momento de enojarnos.
— Es simple, ruso. – le susurró al sujeto en su idioma, para que no hubiera errores. — ¡Quién chingados te envió! – Gibran había golpeado a cuatro rusos y parecía no estar cansado, Renan, Danthe y yo, mirábamos a la distancia, el que estaba más cerca de él, era Edilson.
— No van a decir nada. – dijo Renan.
— No, no lo harán, están muertos de todos modos.
— ¿Acaso crees que no puedo matarte peor de lo que tu jefe lo hará? ¿En serio? – lo pateó, el sujeto se retorcía, pero estaba resuelto a guardar silencio.
— Pobre diablo. – susurró Danthe, creo que nadie se atrevía a detenerlo sin pensar que podía recibir un golpe, vi a mis hijos llegar, no parecían asustados con lo que miraban.
— ¿Han dicho algo? – negué para Gideon, Gamaliel observaba al tío Gib, se acercó a él.
— ¿Me permites vos? – Gibran lo miró unos segundos, después asintió para mi hijo, me cubrí la boca, nunca he visto a mis hijos torturar gente y no pensé que lo vería, Gamaliel, lo miró tranquilamente, de la nada, le clavó un picahielo en el pie, el hombre gritó, sacó un cigarrillo y lo encendió, le lanzó el humo en la cara. – Esto es lo que pasará. – le dijo en fluido ruso. – Eres de la bratva, lo sabemos por los tatuajes, si en un minuto vos no me dices para quién trabajas, lo sacaré y lo encajaré a un lado ¿Entiendes? Sé que sí. – el sujeto bufaba del dolor, pero no respondió, Gamaliel encogió los hombros y volvió a clavarle el picahielo en otra parte del pie. – El siguiente va a tu ojo. – le dio otra calada al cigarrillo, con paciencia. — ¿No? De acuerdo. – sacó el picahielo, estaba decidido a meterlo en el ojo cuando el sujeto suplicó.
— No, no, no.
— ¿Trabajas para Darién De Luca? – negó, desesperado.
— No, trabajo para los Patchenko, por favor. – lloriqueó. – No sigas.
— Bien, considérame piadoso. – sacó el arma de su espalda y le disparó en la frente, nos miró.
— ¿Acaso te dijo en dónde están los Patchenko?
— Estás alterado. – le dijo a Edilson. – El ruso es un idioma con acentos, es como México, norte, centro y sur, el acento de estos, es sur, para ser preciso, sureste, reduje demasiado el inmenso mapa de Rusia, busquemos ahora. – le dio el picahielo a Gib, ladeó la cabeza a su hermano y ambos, salieron.
— Es un sádico hijo de puta. – dijo Edilson, sonreí con orgullo.
— Los dos son igual.
— Sureste ruso, ya sé por dónde comenzar a buscar. – dijo Gib.