Temporary Bliss 1

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Han pasado dos semanas desde que me enteré de la marcha de José. En Londres ya es casi imposible salir a la calle sin ir abrigada hasta las cejas.

Estoy cenando hundida en el sofá, envuelta en una manta mullida aunque la calefacción está puesta. Me parece un plan perfecto de viernes. 

Me concentro en mirar el hombre del tiempo de la BBC anunciando una ola polar de frío y lluvia. Aunque esto ya está pasando. 
Evie sale de la manta, se da cuenta que hace frío y vuelve a entrar, desiste en su intento de comerse mi cena.  

Me levanto para dejar el plato vacío en el lavamanos y Holly entra al comedor muy abrigada, arrastrando su maleta. La miro, extrañada. Es más de medianoche. Es verdad. Este fin de semana se iba a acompañar a Pete a su concierto en Oslo. Qué ganas de cambiar el frío por todavía más frío. 

-¿Qué, a Noruega?- le suelto, divertida, al ver todas las capas de ropa que lleva.- Si que sale tarde tu vuelo. 

-Ya, lo sé. Pero oye, siempre va bien cuando te prometen un fin de semana romántico. 

Le sonrío. Qué suerte tiene. Yo no he podido pasar de unas cuantas palabras con Brendon estas semanas, nos hemos dicho alguna que otra guarrada y nos hemos mandado selfies, poco más. Sé que la diferencia horaria, los conciertos y dormir poco le han tenido muy ocupado y no le culpo por ello. 

-Además- continúa mi amiga, sacándome de mis pensamientos- te va genial que me vaya, ¿Brendon viene este fin de semana, verdad? 

Asiento con la cabeza. Qué fácil es todo desde que me pilló. No me ha pedido muchas explicaciones ni ha hecho preguntas, lo prefiero así.

-Aterriza este sábado más o menos a la hora de comer. - apunto, acordándome de que tendré que limpiar un poco. 

-Pasadlo bien.- contesta, con una sonrisa burlona. 

Mi amiga desaparece por la puerta antes de que le pueda desear lo mismo. 

Cierro la puerta de casa con llave y voy apagando las luces, la calefacción y la televisión antes tirarme encima de la cama, poner el móvil a cargar y enterrarme en las mantas. Evie maúlla al no encontrarme, la llamo y viene corriendo a meterse debajo de las mantas conmigo, amasándome la barriga con sus patitas. 

Me duermo poco a poco con el ritmo de su ronroneo. 

Oigo a lo lejos como Evie maúlla para que le dé de comer y abro los ojos torpemente, tengo las pestañas pegadas. Me rasco los ojos, sacando una mano al aire frío, aunque estoy hecha un ovillo. Vuelvo a meter la mano debajo de las mantas, Evie sigue maullando y me debato si seguir aguantando su ruidito agudo y dormir un poco más o ceder y sufrir un poco para encender la calefacción.

Acabo cediendo. Soy radical, me destapo de golpe y corro hacia la caldera, mirando de no tropezar con Evie. De ahí paso a la nevera y le doy media latita que sobró de ayer.

Tiro el envase y mi gata corre a meter los bigotes en su comida. Me desperezo pero decido volver a la cama. Me estiro y vuelvo a hacerme un ovillo entre mantas.  Fijo la vista a mi móvil, le parpadea la luz de la notificación. 

Estiro el brazo y lo desbloqueo. 

Brendon. De esta noche. 

"Hola T/N, sé que será de noche en Londres pero te escribo para cuando lo veas. Sé que más o menos habíamos quedado en que aterrizo a la hora de comer. Necesito tener un par de reuniones con la banda, ha ocurrido algo más o menos urgente. Si quieres, quedamos en tu piso a la hora de cenar. Traigo yo la comida."

"Sí, no te preocupes. Espero que no sea nada grave. Te espero en mi piso." 

Le doy a enviar. Un tick. Todavía está volando, es verdad.  Tengo la tentación de tomar la iniciativa y empiezo a teclear:

Victorious (Brendon Urie y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora