Protocolo fallido 1

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Sigo mirando estupefacta la pantalla mientras él ríe con las preguntas y cuando va a cantar el single, decido que es demasiado para mí y apago la tele.

-Piensa que no le debe convenir decirlo ahora- apunta Toni- cuando lo diga ya serás libre. 

Suspiro y asiento. Me voy a dormir. 

Me estiro en la cama y abrazo un cojín. Echo de menos lo que sea que tuvimos. Las sonrisas, los besos... Subo mis rodillas todo lo que puedo y aguanto una lágrima. 

El resto de la semana pasa antes de que me dé cuenta y llega domingo por la tarde, hago la maleta y Alba, Toni y Marc me acompañan al aeropuerto.  

Me despido de ellos entre abrazos y Alba promete venir a visitarme. 

Embarco con una sonrisa triste en la cara. Han sido mi mejor medicina. Pero no puedo sacarme de la cabeza las mentiras de Brendon. ¿De qué va? 

Me acomodo en mi asiento e intento dormirme las casi dos horas de vuelo que separan Barcelona de Londres. Tengo ganas de ver a mis amigos de Londres y de ir a esa fiesta. Estoy contenta, sé que no estará Brendon, por lo visto parece que se quedará en Estados Unidos de promo. O quizás está aprovechando para hacer  la mudanza otra vez hacia Los Ángeles. Pienso esto último y me da una punzada el corazón. 

Me entretengo viendo las ciudades de Francia iluminadas desde el aire.  Toco la ventana y está fría. Como voy a echar de menos el clima. 

Me despierto con la mejilla apoyada contra la ventana al mismo tiempo que empieza el mensaje de megafonía. 

"Estamos empezando el descenso hacia el aeropuerto de Heathrow, Londres, Reino Unido. Justo sobrevolamos el canal de la Mancha y el aterrizaje debería hacerse efectivo en los próximos 30 minutos. Son las veintitrés horas hora local y la temperatura es de unos 15 grados celsius. Se registran precipitaciones continuadas. Gracias por acompañarnos y si vienen de visita, les deseamos una feliz estancia. Si por el contrario, vuelven a casa, bienvenidos". 

Sí, eso suena a lo mío, vuelta a casa. Suspiro, algo triste. 

Aterrizamos en pista mojada y el piloto no puede evitar una frenada fuerte que nos tira a todos los pasajeros para adelante. Gran manera de acabar el viaje. 

Salgo del avión y me pongo los auriculares mientras ando hacia la cinta de equipajes. La música de Sex Pistols retumba en mis oídos para calmar la depresión posvacacional que me entra por momentos. Podré pasarme al menos un día tirada en la cama lamentándome, el de después de la fiesta. Al principio no sabía como sentirme al respecto, pero ahora me alegra. Amigos, compañeros de trabajo, fiesta y música. 

Me sonrío a mí misma y veo aparecer mi maleta en la cinta. Corro para cogerla y voy hacia la salida, donde me cruzo con dos chicas que empiezan a susurrar, mirándome. Intento ignorarlo, debo estar paranoica ya. 

Salgo del aeropuerto y espero el bus que me llevará a Picadilly Circus. Ando un rato arrastrando mi maleta y por suerte, el último sale dentro de cinco minutos. El bus está parado, sin conductor, que debe estar tomándose un café. Me espero delante de la puerta delantera cerrada y me cae una gota en la cabeza. 

Joder, no. Empieza a llover. Me pongo la chaqueta y me subo la capucha. Noto que me tocan el hombro y me giro bruscamente, estirándome los auriculares con una mano.

-Perdona... ¿Eres T/N? - me pregunta una niña de unos doce años con cierto miedo en la voz. ¿Qué hace sola a estas horas? Levanto la vista y veo a lo lejos a su madre, sonriente. 

-Sí, soy T/N. ¿y tú? 

-Me llamo Charlotte. Soy muy fan tuya.

Levanto las cejas, sorprendida. 

Victorious (Brendon Urie y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora