Victorious (Brendon Urie y tú)

Just Another Monday?

Que llegue lunes adquiere un significado diferente cuando es la última semana de junio. Es sólo esta y otra semana más, la primera de julio, para poder cerrar temporada en el programa y que empiecen las vacaciones, hasta principios de setiembre. 

Llevo poco rato despierta pero mi cabeza no para de dar vueltas mientras navego en el ordenador con un café al lado. ¿Qué haré por vacaciones? ¿Iré a Barcelona un par de semanas? No, no es algo que me apetezca. 

Oigo de lejos el sonido de la ducha, es Brendon, que se le han pegado las sábanas. He de decir que pudimos pasar un domingo agradable durmiendo hasta tarde, con una buena sesión de sexo mañanero, jugando con Evie, ver la televisión y observar cómo trabaja. 

Me recojo el pelo, empieza a apretar el calor y no quiero sudar estando ya vestida. 

Le pego un sorbo al café mientras navego y miro qué me voy a autoregalar para mi cumpleaños, que es el 14 de julio, como los franceses. Lo de autoregalarme algo viene ya desde hace años, nadie sabe mejor que yo qué quiero. Y este año, después de mucho trabajo precario en Barcelona, por fin me puedo permitir algo de capricho real. 

Hace meses que admiro desde la lejanía una cámara pequeñita, de muy alta resolución, que me permite hacer fotos y grabar desde todas partes. La admiro durante un rato y suelto un bufido cerrando la tapa del portátil. Ya no tengo tiempo para nada. En Barcelona podía ir grabar, podía hacer sesiones de fotos... 

Holly sale a servirse algo de desayuno.

-¿Qué vas a hacer para tu cumple?

-Quedan dos semanas, tía. - le digo, fingiendo despreocupación.

-Bueno- añade mi amiga sacudiendo los hombros.

Brendon aparece por la cocina con el pelo mojado  y algo desconcertado. Yo le miro casi embobada. Todo es... tan perfecto. ¿Demasiado perfecto para ser real? Él es perfecto. Y al parecer, él me encuentra perfecta a mí. 

Se ha dado cuenta de que le miro embobada cuando noto su mirada clavada en mis ojos y una sonrisa afectada. 

-¿Qué miras?- pregunta, divertido. 

Salgo de mi ensoñamiento y le sonrío, sin decir nada. Voy a buscar mis cosas para ir a trabajar pero él me coge de la mano y me para. Me atrae contra él y huelo ligeramente su desodorante. 

En ese momento me atrae hacia él en un beso largo y dulce. Tiene los labios tan carnosos como siempre, pero la ducha les ha dado un frescor y una suavidad que empiezo a necesitar cada vez más a menudo. 

Me doy cuenta de la hora y salimos los tres, nosotras dos hacia la moto y Brendon hacia su coche. 

Conduzco tranquilamente por las calles hasta llegar a los estudios. Tengo la mente dividida entre estar conduciendo y que hoy no me he parado a ver si tenía más notas. Aunque supongo que tengo que darlo por terminado y como un mal menor, mis redes sociales sí que revientan. 

Holly yo bajamos de la moto. 

-Tía, llevo un tiempo a dos velas.-me confiesa mi amiga mientras se retoca el pelo- necesito un polvo. 

Suelto una risita nerviosa. 

-¿Ni con el idiota ese?- pregunto, por curiosidad.

-No tía, por eso debía estar más que frustrado, no funcionaba en la cama.  En serio,  que a veces vienen invitados que tela. -levanta las cejas- al Pete ese de Fall Out Boy le hubiese dado un buen meneo. 

Ahora sí me echo a reír a carcajada limpia  y Holly me mira raro. 

-Es amigo de Brendon. Y comentó, además, que estás buena. 

Holly me clava con la mirada, sorprendida. 

-Y ¿no me lo dijiste? 

Le miro, incómoda, diciéndole con la mirada que no era el mejor momento, ella estaba enfadada conmigo. Holly suspira, lo ha entendido. 

Nos despedimos y voy a coger el ascensor para ir a redacción. Cojo el móvil e abro Instagram. Tengo muchos comentarios y mensajes privados, pero uno de ellos me llama la atención, es de una chica rubia, aunque en su avatar se ven más sus pechos. Y me pongo a leer el mensaje. 

"¿Sabías que tu novio folla de puta madre?"

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¡Chicas! Ya me perdonaréis el retraso y el capítulo corto. Tengo unos días de tela en el trabajo y simplemente cuando llego a casa mi mente está muy cansada  como para ponerme a escribir. 

Aunque el tema del cumpleaños hubo una acertante exacta, lo que haré será que la que me dijo de 23 a 26 tendrá dedicatoria en el siguiente. 

Sí, hijas, sí, ¡tengo 25 años!