Capítulo 47.

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*Capítulo anterior*

Esperé tanto porque me perdone y pasar tiempo con ella que esto fué una gran sorpresa para mí. No creí que tan rápido íbamos a superar mi error anteriormente cometido, y que podríamos estar tan bien como lo estamos ahora. Me alegra poder decir que sí, estamos muy bien y disfrutando nuestro noviazgo. Nuestro amor.

Marizza's POV

Fuí corriendo a el gimnasio donde hacían las pruebas, aunque faltaba una hora todavía para poder hacerlas, yo quería practicar e inventar una coreo y así poder sorprender a la profesora.
Entré en el gimnasio y pude ver que ya estaba ahí la profesora de baile. Parecía de unos cuarenta y tantos años, pero con estilo y elegancia. Se notaba el profesionalismo que llevaba en sus años de baile cuando la ví menear las caderas mientras practicaba algún tipo de baile.
Me vió e instantáneamente extendió su mano para que me sume en su coreografía, cosa que yo no rechacé sino que, aceptando su mano, me uni a ella.

Bailamos unos minutos siguiendo un ritmo de alguna especie de salsa, algo que me gustaba mucho bailar ya que era muy movida.
Cortó la música y me saludó con una gran sonrisa.

- X: Vos venís a dar la prueba hoy?

- Marizza: Si, justamente venía a practicar alguna coreografía que ya haya bailado alguna vez - sonreí

- X: Me alegra mucho, bailás muy bien. Me llamo María y soy la nueva profesora de baile

- Marizza: Un gusto, yo me llamo Marizza Pía Spirito

- María: Bueno Marizza, un gusto igualmente. Me sorprenden mucho tus movimientos, probablemente seas la nueva capitana

- Marizza: Muchas gracias, usted se mueve muy bien la verdad

- María: Me podés tutear, che! - rió al igual que yo

- Marizza: Me caes muy bien. Sos una de mis profesoras favoritas apartir de ahora - sonreí

- María: Gracias... Bueno te dejo que practiques tranquila, yo en un rato vengo para las pruebas. Mucha suerte Marizza

- Marizza: Gracias profe!

Se fué y yo comencé con mi baile, moviendo mis caderas y mis manos para poder cumplir con la coreografía que hice algunos años atrás en mi anterior colegio.

Esta profesora me había caído muy bien, parecía buena, comprensiva y hasta incluso jóven en su forma de hablar a pesar de su edad. Había logrado impresionarme desde un principio y eso me gustaba.

Practiqué por unos minutos más mi coreografía, paso a paso, sin dejar ningún detalle fuera de ésta. Quería complacer a María con mi baile y así poder ser la nueva capitana del equipo, aunque sea primeriza en esto. Quería ganar ese puesto y bailar mañana en el acto para comienzo de las vacaciones invernales. Y eso iba a hacer.

El tiempo pasó y poco a poco fueron llegando las chicas que querían hacer la prueba de baile. Entre ellas se encontraban Mía, Vico y Fernanda, las únicas de mi curso.
Llegó María y nos llamó de a una al centro del gimnasio para mostrar nuestro numerito de baile. Yo estaba casi última, por lo que ví cada coreografía de las chicas. No estaban tan mal, es más, bailaban muy bien. Pero yo sentía que podía hacerlo un poco mejor a medida que iba viendo sus pasos. No es de creída ni nada de eso, es que realmente me había preparado minutos antes y creía verme bastante bien con mis pasos.

Llegó mi turno y con mucha seguridad me dirigí al centro, no sin antes pedir que pongan la canción Coulotte sexi y así comenzar con mi coreografía de hot-dance, mezclado con algo inocente pero original.
Mi baile terminó conmigo parada y mis piernas algo abiertas, con una de mis manos en la cadera mientras que la otra miraba el cielo. Dando así una pose segura al final.
Todas aplaudieron, haciendo que me sienta orgullosa de mi coreografía y la seguridad que tuve en mí misma al hacerla.

María no dudó y aplaudió también pero con mucha más emoción que las demás. Realmente paracia haberle gustado y eso me emocionaba.

Pasaron las últimas dos chicas, una de ellas Mía, quien bailó estupendamente. Sin exagerar. Para luego salir todas afuera y dejar a la profesora elegir su nueva capitana.
Mis nervios estaban a flote, de verdad quería conseguir ese puesto y mostrar mi capacidad para el baile, ya que es una cosa que amo con toda mi alma. Una pasión que no puedo controlar. Pero no sólo el baile es algo que me apasiona y me encanta, sino que la música y el canto es algo que disfruto muchísimo también y que amo con toda mi alma. Podría vivir de esas tres cosas y vivir realmente contenta.

Mía se acercó a mí dudosa, como si se hubiese estado pensando mucho si acercarme hacia mí o no. Normal, si vivíamos peleando.

- Mía: Marizza

- Marizza: Qué pasa mía? - traté de sonar lo más relajada posible

- Mía: Me encantó como bailaste. Para ser una grasa te moves bastante bien

- Marizza: Y vos para ser una hueca también. Me gustó mucho tu coreografía Mía

- Mía: A mi la tuya! - me abrazó con efusividad, algo que no me gustaba para nada.

- Marizza: Bueno Mía - dije apartandola - Mi imágen

- Mía: No cambias más - reímos

Unos minutos después, que parecían una eternidad, salió María para comentarnos su elección. ¡Qué nervios, la puta madre!

- María: Bueno chicas... Tengo que admitir que fué una decisión muy complicada, todas bailaron muy bien y me la pusieron difícil eh! - rió - Pero ya saben que sólo una puede quedar, estamos apuradas por el acto de mañana

- Fernanda: Entonces quién es la capitana?

- María: La nueva capitana del equipo es... ¡Marizza! - dijo y se acercó a mí, dándome un cálido abrazo

Todos mis nervios disiparon de repente. ¡Había ganado!
Moría por salir corriendo y contarle a Pablo, pero tuve una idea... Algo que podría ser mejor que contarle de mi suerte en la prueba de baile.

- Marizza: En serio? - dije emocionada

- María: Si Marizza. Tu baile fué de los mejores y me dejó boquiabierta.

- Marizza: Me alegro, muchas gracias - sonreí mientras nos separamos de nuestro abrazo

- María: No agradezcas, lo hiciste vos sola. Mañana te quiero ver brillar así que ahora si podés practicaremos una coreografía

- Marizza: Si si puedo... Vamos a practicar!

Todas me miraron con algo de furia o hasta incluso ¿envidia?, no lo sé. Lo único que puedo asegurar es que me encuentro realmente feliz por haber quedado como capitana. Tantas gotas de sudor por esos cortos minutos valieron la pena.
Mía me miró y abrazándome gritó "¡Felicidades hermanita!", cosa que me incómodo un poco, pero bueno. Quiero mucho a esa hueca como para frenarla y enojarme en público.

Le pedí a María que por favor todavía sea secreta mi elección como capitana ya que quería sorprender a todos, cosa que le pareció muy buena idea y no dudó en halagarla. Después se lo comunicó a todas las chicas, las cuales asintieron y prometieron no decir nada.
Se fueron las demás chicas no sin antes decirme repetidamente "Felicidades Marizza", algunas de ellas.

Al quedarnos a solas con María comenzamos a practicar todo para mañana. Ella era una mujer encantadora y con una mente demasiado abierta, cosa que me encantaba ya que podía plantear cualquier idea y ella quedaba encantada.
Me sorprendió una de sus ideas ya que eso era demasiado, pero de igual forma me gustó. Era algo muy íntimo lo que iba a hacer en ese baile pero imaginarme a Pablito con su carita de celoso me hacía reír, así que acepté. Mañana sería mí día.

Eterno amor.  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora