Eterno amor. ©

Capítulo 51.

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Necesitaba gritarle lo enojado que estaba, los celos que me daban verla ahí arriba bailando esa mierda mientras que todos la querían en su cama. ¿Justo ahora que nos vamos juntos de vacaciones viene a hacer tremenda pelotudez?
Si cree que no me molesta para nada esta muy equivocada, me molesta y mucho. ¿Qué diría ella si yo hago lo mismo y me desnudo frente a otras minas? Seguramente no me hablaría nunca más en su vida.

Marizza's POV

Moví mis caderas como nunca antes para mi hot dance mientras todas las miradas recaían en mí. Padres y profesores me miraron con asombro, nadie podía creer que una alumna esté bailando algo tan caliente y sensual como esto en el mejor colegio del País.

Los chicos me miraban con deseo y eso me encantaba, ayudaba a mi poco autoestima sentirme deseada, aunque realmente no me importaban sus miradas. La única mirada que me importaba era la de Pablo, que en este momento estaba que explotaba de ira. Estaba muy enojado y se notaba a mil kilómetros.

La que me espera- pensé.

El chancho no dudo en cortar mi coreografía y cubrirme con una manta. Pude ver como el celo fruncido de Pablo se relajaba. ¿Pero qué mierda? Todavía no había terminado la canción y ya me habían sacado.

- Dunoff: Lo lamento mucho por todos los presentes, tomaremos medidas drásticas sobre esta obra horrorosa que han visto.

- X: Señor director, con todos mis respetos, pero no creo que haya sido una mala idea ese baile. Reconozco que no está bien esa vestimenta pero algo nuevo está muy bien - respondió una madre de algún alumno

- Y: Comparto la misma idea señor Dunoff - esta vez me defendió un padre

- Z: Son cosas de chicos Dunoff, sepa entender

No podía creer que de verdad me estuvieran defendiendo, ¿Les había gustado la coreografía?

- Dunoff: En ese caso, sólo será una charla con la alumna para replantear algunas cosas. Muchas gracias por su presencia y opinión. Si me disculpan, me retiro.

Y dicho eso, me guío detrás del escenario para comenzar con sus estúpidos sermones sobre su prestigioso colegio y toda la charla para que piense en mis actos. Como siempre.

- Dunoff: Alumna Spirito, ¿cómo piensa que puede salir así - me señaló con cara de disgusto por encima de la manta - en un acto como este?

- Marizza: No entiendo que tiene de malo - respondí sin importancia

- Dunoff: ¿Qué tiene de malo? - ahí vamos - Es bochornoso lo que acaba de hacer Spirito. Tiene suerte de que le ha gustado a algunos padres, sino tendría tantas amonestaciones que podrían llegar a la expulsión

- Marizza: Entonces qué va a hacer?

- Dunoff: Bueno, teniendo en cuenta la opinión de los padres y que la profesora de baile lo permitió, yo creo que con una amonestación está bien

- Marizza: Genial!

- Dunoff: No se emocione Spirito. Venga a firmar la amonestación en media hora, ahora vaya a cambiarse

- Marizza: Está bien - sonreí

El chancho se fué mientras que yo sólo podía pensar en una cosa. Mi ropa

- Marizza: ¿Donde pude haber dejado la ropa? - pensé en voz alta

- X: Con el show que diste es probable que la tengan los idiotas de el colegio coleccionando cada cosita tuya - dijo una voz bastante familiar a mis espaldas.

- Marizza: Mi amor! - quise abrazarlo pero se me cayó la manta hacia atrás al levantar mis brazos

- Pablo: Pa-pará Marizza - dijo recorriendo mi cuerpo con la mirada - T-te podés tapar? - rodee mis ojos - En serio Marizza

Giré mi cuerpo quedando de espaldas a él y me agaché para agarrar la manta. Puse mi culo hacia arriba cuando mis manos tocaron el piso para enojar un poquito a Pablo y ver su reacción. Él tenía una vista perfecta de mi culo, mientras yo me levantaba lentamente del piso.
Voltee a verlo y pude comprobar que estaba mirando mi parte trasera con la mandíbula por el piso. Me cubrí con la manta y fingiendo inocencia, comencé a acercarme para abrazarlo.

- Marizza: Ahora si te puedo abrazar?

- Pablo: No. - dijo seco. ¿Qué?

- Marizza: Por qué no?

- Pablo: ¿Vos pensás que después del bailecito ese que hiciste va a estar todo bien?

- Marizza: No entiendo. ¿Qué tiene de malo?

- Pablo: ¿Cómo que, qué tiene de malo Marizza? - me miró con el ceño fruncido y comenzó a gritar - SALISTE EN ROPA INTERIOR EN FRENTE DE TODOS!

- Marizza: Pará nene no grites, qué querés que haga? - ya comenzaba a enojarme su actitud de nenito caprichoso

- Pablo: ¿Vos qué harías si yo hago lo mismo? Decime a ver

- Marizza: Es que no entiendo que tiene de malo

- Pablo: Que no me consultaste nada Marizza. Salís así como si nada, mostras todo como si no te importara nada y yo qué? Cuando ibas a decirme?

- Marizza: Eso es un problema mío Pablo, vos no me vas a prohibir nada porque estemos juntos

- Pablo: No se trata de eso, el tema es que no confías en mí y no sos capaz de tenerme en cuenta Marizza! Sos una egoísta

- Marizza: Bueno si tan egoísta soy andate, qué hacés acá? Eh?

- Pablo: Arruinaste el viaje que teníamos juntos, te felicito! Chau Marizza.

Y así se fué, sin decir nada más. ¿Pero qué se piensa que es?
Él no puede decidir sobre lo que hago o dejo de hacer de mi vida. Yo soy libre y tomo mis propias decisiones, ya no soy una nena que tiene que pedir permiso para todo.

Me parece algo tan estúpido que Pablo se enoje así por una pelotudez que no tiene importancia. Porque eso es lo que es. Algo sin importancia.
No entiendo que le jode que haga ese baile si al final del día él es con quien me iba a ir de viaje, no con los otros pibes. Él tendría que dejar de ser un nene inseguro que tiene miedo de quedarse sin poder, es típico hijo de un Bustamante. Como se nota que lo único que le importa es mandarme y tener poder. Es un idiota.

Agarré todas mis cosas y me fuí a mi habitación, todavía con la manta encima ya que no encontré mi ropa. Debía cambiarme y prepararme porque en una hora me vendrían a buscar para irme a mi casa y yo todavía estaba en ropa interior con nada más que una manta cubriendo mi cuerpo.

Antes de cambiarme me puse a pensar en todo lo que pasó con Pablo. Comencé a sentirme un poco culpable.
Si él hubiese hecho lo mismo sin contarme o algo, ahora mismo lo estaría bardeando o ni siquiera le dirigiría la palabra. ¿Y si yo me equivoqué?
No debí tratarlo así. Tal vez él tiene razón y yo en lo único que pensé fué en mí, no consulté con él lo del baile y lo entiendo. Entiendo su enojo.
Si él saliera en un escenario desvistiendose en frente de mil minas y sin antes haberme consultado si me molestaba, estaría furiosa y no querría volver a verlo.

¿Por qué soy tan impulsiva? Debía haber pensado en él, en nosotros.

Sin pensarlo dos veces ideé un plan rápido para pedirle perdón. No podía arruinar las vacaciones que tanto esperé porque llegaran, ni tampoco nuestra relación que tanto nos costó tener. Debía actuar rápido antes de que vengan a por nosotros y que él todavía esté enojado conmigo. Pero... ¿Qué?
Ese plan que tenía pensado no era del todo seguro pero ya que. Era arriesgarme o perder a Pablo.