Sonia.
- ¿Estás completamente segura, mi amor? - Preguntó Franco.
Hace exactamente cinco días que la aparición de Martín me tenía preocupada. Él no sólo sabía de mi mentira sobre mi ida a Buenos Aires, sino que también sabía sobre su paternidad con Marizza. ¿Cómo lo sabe? Muy simple.
5 de enero, año 1986.
Después de charlar con mi mamá, quien había venido por negocios hasta Bariloche, sobre mi embarazo y contarle con detalles porqué querría irme de aquí y mentir sobre tantas cosas, preparé mis valijas. Fabrizio ya me había avisado hace dos días sobre nuestro viaje y mudanza, al parecer hoy en la noche nos iríamos a Buenos Aires, donde claramente mi madre no sabía que iríamos. Si bien yo le conté todo, no iba a decirle mi paradero. ¿Para qué arriesgarme? Ella podría contarle a Martín sobre donde estoy. Sí, sé que también podría contarle sobre todo lo que le dije, pero al fin y al cabo es mi madre, no puedo mentirle a ella también. Y sé que no dirá nada, o eso espero.
Horas después de haber llegado a Buenos Aires, me encontraba en mi nueva casa. Fabrizio había ido a hacer algunos trámites para estar seguros de todo nuestro nuevo terreno, y yo me había quedado en la inmensa casa sola.
Comencé a recibir llamadas de Martín desesperadamente, una trás otra, mil mensajes se encontraban en mi celular con preguntas sobre mi embarazo.
Mamá había hablado con él.
Pero por suerte, él no sabía donde me encontraba, y eso me tranquilizaba. Era lo único bueno.
Con el pasar de los días pude conseguir un chip nuevo sin que Fabrizio se entere del porqué, y así terminé con mi gran problema: Martín Andrade.
O eso creí.
25 de julio, año 2002. Actualidad.
Ahora puedo decir que sé con certeza que fué mi madre quien le contó a Martín sobre mi embarazo, mi huída y mis mentiras. Y lo sé porque él mismo me lo dijo el día que nos encontramos tal y como él lo pidió.
- Sí, estoy segura. Esto es lo mejor, aunque me cueste aceptarlo. - Contesté a Franco.
Había decidido contarle la verdad a Marizza, a mi ciela. Debía hacerlo por su bien, dejar de ser egoísta y decirle la verdad sobre su verdadero padre. Enfrentar mis peores miedos, así sea que termine mal para mí. Porque eso merezco. Por mentirosa.
4 de septiembre, año 1986.
Traje al mundo al ser más maravilloso que pude conocer: mi hijita, Marizza.
Hoy nació la personita más importante en toda mi vida, y a la que, aunque fué con mil errores y mentiras, cuidé muchísimo dentro de mi panza todos estos meses.Fabrizio había decidido darle su apellido y dejarnos la casa para nosotras, pero ese mismo día me dijo que no quería problemas con una familia como nosotras dos, y que se iba a ir muy lejos a Italia, que no lo buscara a menos que sea por Marizza. Y como mujer orgullosa, independiente y buena madre, a pesar de las mentiras, que soy, seguí adelante yo sola con mi hijitas recién nacida. Nunca más le pedí nada a Spirito, y desde ese día juré nunca más permitirle ser ese viejo asqueroso y desagradable que fué por mucho tiempo estando conmigo.
_Claro que Marizza no tenía nada que ver con eso, por lo que era decisión de ella qué hacer con su "padre" y si quería verlo o no. Y eso pidió una sola vez hace algún tiempo para irse a Italia, pero jamás tuvo trato con él para nada, ni siquiera aceptó la plata que él le pasaba cada mes. Eso lo tiene todo guardado en la cuenta del banco que él deposita para mi niña._
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Eterno amor. ©
FanficEn proceso. [Prohibida la copia parcial o completa de esta historia] © Ella Méndez.