continuación...
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-Pablo.
Saqué la ropa que cubría mi cuerpo quedando sólo en bóxer y me dejé caer en la cama, rendido por el sueño. Tapé mi cuerpo con las frazadas y relajé mi cabeza en la cómoda almohada.
Escuché como Manuel se movía inquieto en la cama de en frente y no aguanté más.
- Pablo: ¿Qué te pasa mexicano?
- Manuel: ¿Qué?, ¿Por qué?
- Pablo: No te hagas el tarado. Algo te pasa.
- Manuel: Es que... - Inmediatamente se levantó, prendió la luz y se sentó en los pies de mi cama.
- Pablo: ¿Qué? - resoplé y me incorporé para escucharlo mejor.
- Manuel: Lo que pasa es que tenía que preguntarte algo
- Pablo: Bueno, decime
- Manuel: Tú... ya sabes, ¿ya lo hiciste con fosforito? - preguntó sin anestesia.
- Pablo: No, todavía no. ¿Por qué?
- Manuel: Es que con Mía estamos igual. No avanzamos nada. ¿Sabes lo que es tener que recurrir a la paja después de casi un año sin sexo?
- Pablo: Decimelo a mi - reí - Cada vez que Marizza me hace un mimito o empieza con sus sesiones de besos tengo que correr al baño para pajearme
- Manuel: ¿Verdad? Es algo horrible. Con Mía me pasa igual, por lo menos dos veces a la semana tengo que desahogar mi pija
- Pablo: ¿Dos veces nada más? Yo prácticamente lo hago cada un día. Parezco un sexopata - Manuel soltó una carcajada
- Manuel: Con la pelirroja debe ser más complicado aguantarse las ganas
- Pablo: ¿Por qué? - lo fulminé con la mirada.
Todavía no olvido que estuvieron casi de novios, eh mexicano
- Manuel: No pienses cualquier cosa. Lo que pasa es que Mía y Marizza son distintas - Lo miré confundido - Mía todo el tiempo muestra su figura, con el tipo de ropa que usa se puede ver claramente sus curvas. En cambio, Marizza siempre usa ropa holgada que no deja ver su cuerpo, que ambos sabemos que se desarrolló bastante bien
- Pablo: Ojo lo que vas a decir - lo golpeé con el codo a lo que él río
- Manuel: Lo que quiero decir es que cuando tú la ves con ropa más ajustada o sientes su cuerpo cuando la acaricias y todo eso, te juega en contra. Porque es obvio, Marizza a simple vista no parece una chavita con mucho físico pero si usara ropa de su talle mataría a cualquiera
- Pablo: Tenés razón. Por eso cuando la siento encima mío o la agarro de la cintura me recaliento. Porque no conozco las curvas de su cuerpo del todo hasta que las toco.
- Manuel: Exacto
- Pablo: La puta madre, con la falta de sexo que tengo y encima ella con su cuerpo y su cara hermosa estoy como un pibe virgen con las hormonas alocadas.
- Manuel: No entiendo, yo pensaba que ya habían tenido sexo
- Pablo: No. Ella no me lo dice, pero noto que todavía no está preparada. Se pone nerviosa y pone excusas siempre.
- Manuel: Uh, entonces tendrás que esperar
- Pablo: Si. ¿Y vos qué onda con Mía?
- Manuel: Nada, está igual que Marizza. Pero al menos me dijo que no estaba preparada y que apenas lo esté iba a ser el primero en saberlo.
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Eterno amor. ©
FanfictionEn proceso. [Prohibida la copia parcial o completa de esta historia] © Ella Méndez.