Capítulo 49.

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*Capítulo anterior*

No había pensando en eso. En volver a mí casa. Si bien yo me iría a casa de Marizza a penas comenzaran las vacaciones, yo sabía muy bien que en algún momento debía ir a mi casa y ver a mis viejos. Mis viejos. Hace rato no los veía, a mi vieja más que nada. Ya la extrañaba demasiado y no tenía idea de como estaba, ni siquiera la llamé en estos días sino fuera que necesitaba pedirle permiso por el tema de las vacaciones.
En cambio a mi viejo si lo había visto hace algunos días, aunque no me importaba. Mi viejo era una persona muy hija de puta por así decirlo. Es un corrupto inconsciente que no respeta a nada ni nadie con tal de tener poder, y hasta sospecho que oculta algo más. Algo que todavía no puedo descifrar y que me inquieta, aunque ya tendré tiempo de averiguarlo. Ahora debo descansar y prepararme para las vacaciones soñadas con Marizza y su familia.

Marizza's POV

Pablo se puso tenso y de un segundo a otro me sacó de su regazo. Musitó un "Me voy a dormir, descansa" y se fué de mi vista. ¿Qué le pasaba?

Sin darle muchas vueltas al asunto, me fui a dormir, no sin antes preparar todo mi uniforme para mañana y unas cuantas cosas para el acto. Estaba realmente emocionada por hacer ese baile, aunque sea un poco subidito de tono, me fascinaba ser yo quien lo haga y haberme ganado el puesto limpiamente. Además de que podría ser por un día el centro de atención y no habría ni una pizca de Sonia Rey acaparando toda la atención.



- Yo daria el mundo entero por ti
Por ti, por ti
Buscaria el corazon que perdi
Por ti, por ti
Me hago fuerte para verte feliz
Por ti, por ti
Todo lo hago por ti... - canté

Sentí los aplausos de la gente que me rodeaba. Cientos de personas alrededor del mini escenario en el que yo me encontraba, me miraban con alegría mientras tarareaban mi canción.

Mi corazón late con fuerza queriendo salir de mi pecho. Mi respiración está agitada y me se me dificulta al momento de hablar. El bello de mi cuerpo se eriza.

Saludo al público y sonrió. Al girarme caigo en la cuenta de que no estaba sola en el escenario sino que, mis amigos también están ahí. Pablo, Mía y Manuel están a mí lado.
Nos miramos entre todos y sonreímos mientras que unimos las manos para luego levantarlas todos juntos y gritar algo que todavía no logro entender muy bien. ¿Será el nombre de la banda que parecemos conformar?

Desperté con una sonrisa en mi rostro. Ese sueño había sido bastante raro pero muy lindo, aunque no entendiera mucho qué hacíamos los cuatro en un escenario. Parecía tan real.

Eran las 9:47am. Como hoy era el último día no habían clases, solamente debíamos alistarnos para el acto. Cada año hacían esto, cosa que yo no sabía porque este es mi primer año acá.
Habían reglas para el día de hoy. La primera era que todos debíamos usar uniforme, excepto la capitana del equipo si en medio de su baile llevaba puesta otra cosa, aunque esa era una regla nueva. Tampoco se podía salir del establecimiento hasta terminar el acto a menos que nos retiren nuestros padres. Y, por último, todos debían presentarse en el acto si o si, ya que era una costumbre muy exigente del colegio.

Me levanté, busqué toda la ropa que necesitaba para hoy y fuí a ducharme. Después de una relajante ducha de agua caliente, bajé a desayunar, aunque sólo tomé un poco de jugo exprimido de naranja porque tenía muchos nervios y nada pasaba por mi garganta.

Fuí al Hall para buscar a Mía, ya que todas las que estuvimos ayer en el gimnasio debíamos ir para preparar la elección sorpresa y que salga todo perfecto. Mía no estaba ahí así que me di media vuelta para buscarla por los pasillos, pero unos minutos después sentí unas manos tapar mis ojos.

Eterno amor.  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora