Capítulo 13.

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*Capítulo anterior*

me tomó por sorpresa cuando puso sus labios sobre los míos, le correspondí a su beso y me tomo de la cintura muy suavemente, yo tomé con cuidado su cuello quedando unidos en un beso apasionado y dulce, es tan hermosa la sensación de sus labios sobre los míos. Nos separamos por falta de aire, por un momento me había olvidado de que estábamos rodeados de gente, fué entonces cuando lo ví, me estaba mirando con cara de pocos amigos y a Pablo lo miraba como si lo quisiera ahorcar ahí mismo, era Manuel.

Narro yo:

Manuel había salido del boliche a esperar un taxi, no venía ninguno y en ese tiempo que estuvo esperando decidió esperar a su casi novia, entró al boliche buscándola y cuando la encontró no podía creer lo que estaba viendo, Marizza y Pablo besándose, no entendía como Marizza le había hecho eso, es verdad que no eran novios pero prometieron no estar con otras personas y Marizza había roto esa promesa.
Manuel desde el primer día que entró se fijó en dos chicas, Marizza, la cual es la única a la que encaró, y por otro lado, Mía Colucci, pero no se animaba a encararla, sin saberlo le encantaba como era ella, pero trataba de no reconocerlo pensando en odiarla, creía que así se la sacaría de su cabeza pero no fué así, al contrario, cada vez le gustaba más esa nena hermosa pero superficial.
Manuel se enojó demasiado al ver a Marizza y Pablo juntos, cuando terminaron de besarse ella sonreía, hasta que pareció darse cuenta de la presencia de "su chico", fué entonces que Manuel quiso irse, no quería armar un quilombo en un lugar público, pero tampoco iba a ser el tarado del año. Marizza lo siguió dejando a Pablo solo y confundido, se acercó y tomó del brazo a Manuel, sentía que le debía una explicación a él, no lo quería lastimar ya que lo quería como un amigo y no quería perderlo.

- Marizza: Espera Manuel!
- Manuel: Qué quieres?
- Marizza: Yo... yo te puedo explicar, no es lo que pensas
- Manuel: Ah no? y qué es entonces? yo lo que veo es a mi chica y a otro besándose
- Marizza: Bueno, si es lo que pensas, pero no quiero que me odies, yo te quiero mucho Manuel, en serio, pero no sé si te veo con otros ojos, perdón, sé que tenía que decírtelo antes
- Manuel: Está bien, no te odio, pero pudiste habermelo dicho, ya está hecho Marizza, a partir de ahorita te dejo libre
- Marizza: Perdón en serio Manu, yo te quiero

En eso apareció Pablo, tambaleándose y sin entender nada de lo que ocurría

- Pablo: Marizza, porrr que me dejassste solo?
- Marizza: Ahora no Pablo
- Manuel: Está bien, los dejo, chau Marizza

Se fué dejando a Marizza triste por el alejamiento de su amigo y a Pablo con curiosidad

- Pablo: Esse era Manuel?
- Marizza: Sí, pero se fué
- Pablo: Por qué?
- Marizza: Porque soy una tarada que hace todo mal
- Pablo: *con cara de preocupación* No sos una tarada, vení vamos a bailarrrr
- Marizza: Ya es tarde Pablo, volvamos al colegio, estas muy borracho
- Pablo: Buenno pero con unaa condiciónn *levantando el dedo índice*
- Marizza: Cuál?
- Pablo: Que me des un último beso

Le dijo mirándola a los ojos, esos ojos azules que derritirian a cualquiera que los viera

- Marizza: No Pablo, dale vamos

Éste bufó un poco, pero al final obedeció, tomaron un taxi unos minutos más tarde y llegaron al colegio. Marizza tomo de un brazo a Pablo y lo puso en su hombro, con su otra mano agarro a Pablo de su cintura, y así lo ayudó a caminar hacia la entrada del colegio, cuando al fin llegaron a la puerta de la habitación de Pablo, éste ya estaba un poco más conciente y fingió no poder entrar solo, sabía que no había nadie en su habitación ya que sus amigos no habían vuelto y quería un último beso de Marizza.

- Pablo: Mariiizza, nno puedo entrar solo, ayudame
- Marizza: Bueno Pablo pero tratemos de apurarnos, no quiero que me vean acá

Así entraron los dos, cuando Marizza estaba por acostar a Pablo en su cama, éste la agarro de la cintura y cayeron juntos, uno encima del otro en la cama. Pablo acercó sus labios a los de Marizza y ella se quedó quieta, sin saber que hacer, se miraron y en cuestión de segundos Pablo chocó sus labios contra los de ella, se dieron un beso muy largo y apasionado pero Marizza decidió cortarlo

- Marizza: No Pablo, no podemos, estás borracho y nos odiamos, mañana te vas a arrepentir de besarme
- Pablo: Lo único que quiero es besarte Marizza, desde que te ví

Dijo muy sincero viéndola a los ojos, ya estaba totalmente consciente, pero Marizza seguía creyendo que estaba borracho, se levantó de la cama y se fué, dejando al rubio solo en su habitación.

Narra Pablo:

Al otro día, desperté tarde, eran las 12 del mediodía así que decidí levantarme, fuí al baño envuelto en una toalla, abrí las canillas y dejé caer el agua caliente sobre mi cuerpo mientras me acordaba de todo lo de ayer, otra vez volví a caer a los pies de Marizza y eso me molestaba mucho. Cuando ya sentía el agua fría cerré la ducha y salí, me vestí y fuí a comer algo al bar, estaba muerto de hambre, así concurrió todo mi día, sin nada que hacer.
Estaba en mi habitación cuando entraron sin golpear, era mi viejo, me habló sobre una estúpida campaña electoral a la cual debía acompañarlo su familia para hablar bien del él, yo ya estaba harto de esas campañas tan aburridas y de hablar bien de mi viejo como intendente cuando sabía perfectamente que era un corrupto sin remedio. Necesitaba sacarme de encima a mi papá y no sabía cómo, tuve que aguantarlo toda la tarde y acompañarlo junto a mi vieja a esa campaña tan importante para él.

- Pablo: Papá ya estoy cansado, me vuelvo al colegio
- Sergio: Espera Pablo, todavía no terminamos nuestro día en familia así que te quedas acá
- Pablo: A vos te parece un día en familia ir de campaña en campaña?
- Sergio: No me contestes Pablo, hacés lo que te digo y punto! *levantando la voz*

Odiaba que mi viejo me trate así, pero no podía hacer nada, no tenía el valor suficiente para desafiarlo.
Cuando por fin me soltó y pude volver al colegio, eran las 20:43 y no tenía nada que hacer más que comer e ir a dormir, por suerte no me crucé a Marizza en todo el día y lo agradecí, tal vez se había ido a su casa a pasar el fin de semana, yo no iba a mi casa porque no soportaba a mi viejo y sus cosas.
Me desperté el domingo más temprano de lo que debía, quise seguir durmiendo pero me era imposible, me quedaba pensando en las estupideces que hice el viernes y me lo lamentaba como un nene chiquito, cuando miré mi alarma habían pasado dos horas y ya eran las 11am. Me levanté, me bañé y bajé a comer, como de costumbre. Cuando entré ví a Marizza comiéndo con sus amigas, pero y Manuel? no los había visto juntos, a ella en realidad no la ví hasta ahora, pero a él si lo había visto y ni una vez junto a ella. Decidí no darle importancia, compré algo para comer y me senté con café y Tomás que ya estaban en una mesa.

- Tomás: Ey al fin te levantaste, te hablé mil veces y no me dabas ni bola
- Pablo: Cuándo?
- Tomás: Hoy! estabas mirando el techo fijo y ni me escuchabas
- Guido: Yo también, estabas atontado, no sé
- Pablo: Perdonen, no sé en que estaba pensando *mentí*

Cuando terminamos de comer salimos del bar y sentí una mano más chica que la mía tocándome el hombro, me dí vuelta quedando frente a frente a la pelirroja que quería hablar conmigo.

Eterno amor.  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora