Capítulo 15.

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*Capítulo anterior*

Yo estaba felíz, me hacía feliz estar con él y no lo ocultaba, sonreía en todo momento, quería a Pablo y estaba segura de que él sentía lo mismo por mí, no estaba segura de amarlo, esa es una palabra fuerte, pero sí lo quería y mucho.

Narra Pablo:

Después de mentirle a Marizza y fingir que no había pasado nada el viernes, quise convencerme de que era verdad lo que decía, pero sabía que nada de eso era cierto.
Era miércoles o jueves, no sé, mi viejo vino a buscarme al colegio para hablar de algo importante según él, fuimos a tomar un café y empezó a avisarme que me iba a necesitar para su porquería de trabajo, supuestamente iba a tener muchas reuniones y me iba a necesitar.

- Sergio: Sí Pablo, es como te lo digo
- Pablo: Pero papá, yo que tengo que ver en todo eso?
- Sergio: Mucho Pablo, tengo que verme como lo que soy, un gran padre de familia y que mejor que mi hijo me acompañe a las campañas y reuniones?
- Pablo: Pero papá... yo no puedo
- Sergio: Son sólo los martes, jueves y domingos Pablo, además no me importa que no quieras, vas a ir igual
- Pablo: Es que no puedo, últimamente estoy muy ocupado
- Sergio: Haciendo qué? pavoneando con tu minita por todos lados seguro Pablo, eso no es algo importante, vas a ir porque te lo digo yo

No tenía nada para hacer más que obedecer lo que me pedía mi viejo, odiaba ir a todas esas reuniones aburridas y tenía que planear algo rápido para tener excusa y no ir.
Estaba pensando en mi cama cuando se me ocurrió una idea bastante convincente, como mi viejo odia a Vico, le puedo decir que estoy de novia con otra y que por eso estoy ocupado tanto tiempo, así me va a dejar en paz, si le digo que tengo a otra que no es Vico va a estar feliz y no va a molestar.
Arreglé con mi viejo en verlo en ese mismo lugar el domingo, aceptó y fuí, cuando llegué me esperaba con curiosidad de lo que le iba a decir

- Sergio: Qué es eso tan importante Pablo? no tengo todo el día, estoy ocupado
- Pablo: Lo que pasa papá es que... como yo te dije, no puedo ir a tus reuniones
- Sergio: Pablo pensé que te había quedado claro que no me interesa, vas a ir igual
- Pablo: Es que, estoy de novio con otra chica papá y como estamos en nuestro mejor momento, vos me entendés lo que digo... Todo el día estamos juntos y quiero aprovechar
- Sergio: Hubieses empezado por ahí Pablo, mi hijo un tigre! Al fin dejaste a esa chica, Vico.
- Pablo: Sí, al fin *riendo nervioso*
- Sergio: Y decime Pablo, quién es la chica con la que salís? *revolviendo el café*
- Pablo: Ehhh.... es... Ma- Marizza
- Sergio: Marizza? Que bien Pablo! Me parece genial que la tengas a tus pies, esa chica es todo lo que vos necesitas, es una chispa!
- Pablo: S- si papá, por eso me gusta tanto *nervioso*

Me quería matar, como le voy a decir que salgo con Marizza?

- Sergio: Bueno, quiero hablar con ella, en estos días paso por el colegio
- Pablo: No! eh... para que?
- Sergio: Porque sí Pablo, tengo que saber que en serio te da bola esa chica, el martes paso por el colegio a saludarla

Era mi fin, sino convencía a Marizza de que sea mi novia por unos días me iba a matar.
Me fuí del bar después de la charla con mi viejo y me la pasé pensando en como convencer a Marizza, ella me odia y era imposible que me ayude con esto.
Era martes y sino actuaba el plan iba a fallar, me enteré por mis amigos que mi viejo estaba en el colegio buscando a Marizza así que me apuré y la busqué, estaba sentada en la mesa de pool cuando me acerqué, no sabía que inventar, miré hacia atrás y estaba viniendo mi viejo que por suerte no se dió cuenta de que yo lo ví, tomé a Marizza de su cintura y la besé, fué un beso cálido y sincero, a pesar de que lo hacía porque mi viejo estaba viéndonos. Cuando nos separamos llené a Marizza de palabras cursis para que quiera ser mi novia sin contarle de mi plan, aproveché a ver si mi papá seguía ahí y me alivie al ver que ya se había ido, se la había creído y eso era lo que quería, pero ahora que iba a hacer con Marizza? ella también se había creído mi acción, después de todo lo que le dije parecía contenta, me besó cuando le pedí una oportunidad y eso significaba que aceptó, eramos novios.
A los dos días la ví, estaba tan hermosa como siempre, sin darme cuenta ya le estaba tapando los ojos y me la llevé para hablar con ella, la invité a pasar el día juntos y me dijo que sí, me puse contento y salimos de ahí faltando a clases. Pasamos la mejor tarde juntos, fuimos a pasear, le regalé flores y tomamos algo en un bar, me sentía feliz junto a ella y no sabía porqué si esto sólo era un plan para mi viejo.
Cuando ya se hacía tarde volvimos al colegio, al llegar a la escalera sabía que era hora de despedirnos, cada uno se iba a su habitación, así que le dí un beso lento y dulce, cuando nos separamos la miré y le dije "Hasta mañana mi amor!". Sí, era un tarado, "mi amor" ? Nunca fuí cursi con ninguna mujer, pero cuando estaba cerca de ella no podía pensar y eso me estaba matando, yo debía odiarla, a pesar de que finja que soy su novio.
Ella me sonrió y cuando estábamos a punto de irnos nos miramos y bajamos rápido las escaleras para decir un último adiós

- Marizza: Lo nuestro... Es un secreto, no?
- Pablo: Por qué? no querés que sepan que soy tu novio?
- Marizza: No, no es eso, digo porque como hace poco cortamos con Manu y Vico, además nosotros nos odiabamos, es medio raro
- Pablo: Yo hago lo que vos quieras, si querés que sea en secreto va a ser así
- Marizza: Bueno mi... eh, Pablo, Chau *beso*

Se fué y yo me quedé ahí parado como un tonto, por qué no me había dicho "mi amor" ? Si yo se lo dije, por qué a ella le costaba tanto?
Me querrá en serio? comencé a preguntarme, no paraba de acordarme de el día hermoso que pasamos y me maquinaba la cabeza pensando en por qué actuó así cuando se fué. Automáticamente saqué todos esos pensamientos estúpidos de mí cabeza y me puse a pensar en como hacer para que no se enoje cuando le diga la verdad.
Estaba en mi cuarto cuando entró Tomás, no perdí más tiempo y le conté todo mi plan sobre mi viejo y Marizza, se rió por la situación en la que me metí el muy tarado y me dijo que la tengo que dejar, así queda más natural. No me pareció mala idea, pero por alguna extraña razón no quería hacerlo, no quería dejar a Marizza.

Eterno amor.  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora