Capítulo 48.

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*Capítulo anterior*

Al quedarnos a solas con María comenzamos a practicar todo para mañana. Ella era una mujer encantadora y con una mente demasiado abierta, cosa que me encantaba ya que podía plantear cualquier idea y ella quedaba encantada.
Me sorprendió una de sus ideas ya que eso era demasiado, pero de igual forma me gustó. Era algo muy íntimo lo que iba a hacer en ese baile pero imaginarme a Pablito con su carita de celoso me hacía reír, así que acepté. Mañana sería mí día.

Pablo's POV

Terminé de armar las valijas y bajé al Hall en busca de Marizza, pero al no encontrarla recurrí a su amiga y ahora hermanastra, Mía.

Es re loco pensar que ellas ahora se adoran, aunque no lo reconozcan, cuando tiempo atrás se odiaban con toda su alma, o al menos eso dejaban ver. Ahora desde que se enteraron que serán futuras "Colucci-Rey" son inseparables, siguen con sus peleas. Si. Pero se quieren muchísimo y se nota.

Busqué a Mía por los pasillos hasta encontrarla en el bar con Manu, como siempre.

- Pablo: Mía, la viste a Marizza? - pregunté al acercarme

- Mía: No ni idea

- Pablo: No sabés si al final quedó como capitana?

- Mía: Eh no Pablo... La profesora dijo que iba a ser sorpresa

- Pablo: Como? Pero ustedes tampoco saben?

- Mía: No Pablo, por eso mañana todos vamos a saber

- Pablo: Y cómo practican?

- Mía: Ay que chusma que resultaste eh - la fulminé con la mirada - Bueno che, estaba jodiendo. Ya practicamos todas para mañana, Marizza también

- Pablo: ¡¿Dónde estará esta mina?! - Dije alzando mis manos - Ya la extraño

- Manuel: Que dominado eres, ni dos minutos hace que se fué

- Pablo: Cállate mexicano, vos estás peor que yo

- Manuel: No tanto

- Mía: ¡¿Ah no?! Listo Manuel - hizo un amague de irse

- Manuel: No mi amor, mentira. Veni hermosa - dijo el muy pollerudo para después sentarla en sus piernas

- Pablo: Y después me decís a mí - reí

Los ví besarse e instantáneamente me fuí de ahí. Marizza no mentía, daban diabetes.

Corrí escaleras arriba para seguir con mi primer objetivo; encontrar a mi novia.
Hacía ya un par de horas que no la veía y quería al menos saludarla antes de ir a dormir, aunque a partir de mañana ya la tenga sólo para mi por dos semanas completas. Si. Soy un intenso de mierda.

Golpeé la puerta de su habitación pero nadie contestaba. Seguí con mi insistencia aún sin resultados, ya me estaba cansando y el hecho de no escuchar ni un solo ruido a través de la puerta sólo me daba señales de que nadie se encontraba ahí.
Me dí media vuelta para ir a ni habitación cuando pude ver a mi pelirroja venir con un pijama rosa cortito y su pelo mojado mientras que en sus manos tenía una toalla que estaba secando, de a poco, sus mechones. Sonreí como tonto.

- Marizza: Pablo, ¿qué haces acá?

- Pablo: Qué? No puedo saludar a mi novia? - me acerqué a ella haciendo un puchero con los labios

- Marizza: Obvio mi amor. - me tomó la mano, guíandome a su cuarto - Vení y te quedas un ratito antes de dormir

- Pablo: Ya te vas a dormir? - dije entrando en su cuarto, detrás de ella - Recién son las 22:00 amor - ella asintió

- Marizza: Si amor, pasa que las pruebas me dejaron muerta - rió

- Pablo: Cómo te fué? - Me senté en una silla al costado de su cama - Mía me dijo que era sorpresa y que ninguna sabía quien era la capitana

- Marizza: No sé, supongo que bien. Mañana nos vamos a enterar

- Pablo: Estoy seguro de que quedaste vos mi amor, sos perfecta. Y si no quedaste es porque la profesora está ciega

- Marizza: Te amo!

Se sentó en mi regazo y me abrazó.

- Pablo: Yo también mi amor. Estas vacaciones las vamos a pasar muy bien, te lo prometo

Ella acercó su cara a mi cuelo y rozo su nariz, estaba comenzando a sentirme diferente. Poco a poco comenzó a darme pequeños besitos en el cuello. Dios Marizza.

- Marizza: Si amor, muy bien... - Siguió dándome besos en el cuello mientras yo sentía como me bajaba la sangre a la pija. - Vamos a tener dos semanas muy ocupadas y felices

Eso me llevó al límite. La manera en que lo decía me estaba volviendo loco, aunque sólo estaba diciendo cosas románticas y esas cosas. Era muy inocente su forma de hablarme y decir esas cosas dulces pero tenerla encima mío y sentir sus besitos en el cuello me ponían recaliente. Parecía un loco por el sexo, pero en verdad esta mina me volvía loco.

La saqué rápidamente de mi regazo y me levanté de la silla.

- Pablo: Me voy a dormir, descansa

Me fuí ante su mirada de confusión para meterme en el baño, como hace unos días atrás. ¿Cómo era posible que con unas simples palabras y unos roces me caliente tanto?

Ese pijama. Ese maldito pijama rosa ya de por sí me parecía muy sexi, pero tenerla encima mío con eso puesto y unos mimitos, era inaguantable para mí. No podía controlarme teniendo a Marizza tan cerca mío. No a menos que sea sin roces ni palabritas románticas casi en susurros. Eran mi punto débil.

Terminé de pajearme pensando en Marizza y su pijama, me lavé las manos y fuí a mi habitación. Estaba cansado aunque no sabía de qué o porqué, ya que ni había hecho casi nada en todo el día. Pero bueno, por un lado era mejor ya que mañana era el gran día de ese famoso acto y por fin podríamos ir a casa. A casa. A casa. A casa. A casa.

No había pensando en eso. En volver a mí casa. Si bien yo me iría a casa de Marizza a penas comenzaran las vacaciones, yo sabía muy bien que en algún momento debía ir a mi casa y ver a mis viejos. Mis viejos. Hace rato no los veía, a mi vieja más que nada. Ya la extrañaba demasiado y no tenía idea de como estaba, ni siquiera la llamé en estos días sino fuera que necesitaba pedirle permiso por el tema de las vacaciones.
En cambio a mi viejo si lo había visto hace algunos días, aunque no me importaba. Mi viejo era una persona muy hija de puta por así decirlo. Es un corrupto inconsciente que no respeta a nada ni nadie con tal de tener poder, y hasta sospecho que oculta algo más. Algo que todavía no puedo descifrar y que me inquieta, aunque ya tendré tiempo de averiguarlo. Ahora debo descansar y prepararme para las vacaciones soñadas con Marizza y su familia.

Eterno amor.  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora