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𝑴𝒂́𝒔 𝒕𝒊𝒆𝒓𝒏𝒐 𝒅𝒆 𝒍𝒐 𝒂𝒑𝒂𝒓𝒆𝒏𝒕𝒂𝒅𝒐
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Me retorcí en los brazos de mi novio, quien me sostenía fuertemente, traté de soltarme para ir al baño, pero me aferraba más a el.
—Quédate un poco más—Habló con esa voz mañanera que me vuelve loca.
—Bueno, pero no te quejes si me hago pipí aquí mismo—Reí mientras quitaba los mechones de cabello de su cara—Buenos días por cierto.
—Buen día—Besó cortamente mis labios mientras me soltaba de su agarre—Ahora ve al baño.
Me puse de pie y corrí al baño, me bajé mi braga mientras me sentaba en la taza, estaba mirando al techo hasta que bajé mi mirada, mi braga favorita ahora estaba manchada por la maldita menstruación.
Maldecí en mi mente, me las quité al igual que mi sostén. Entré a la ducha para poder lavarme, al salir me envolví en una toalla, entré al clóset que estaba al lado del baño, busqué un calzón de abuela, lo coloqué junto a una toalla.
Tomé una de las playeras de Dacre para disponerme a salir, aún sin cepillar mi pelo.
—Pensé que sólo habías ido al baño—Me miró desde la cama.
—Si, pero me ha bajado—Hice puchero, quité la sábana metiéndome bajo ella acercándome al pecho de mi novio, quien no dudó en recibirme.
—¿Te sientes muy mal?—Preguntó, acarició mi hombro dulcemente.
—Si—mentí—Muy, muy, muy muy mal, necesito que me mimes todo el día—Hice voz de bebé a lo cual el sonrió.
—Si eso es lo que mi princesa quiere, lo haré—Besó dulcemente—Bueno, iré a la tienda a comprar unas cosas. ¿Por qué no en lo que voy buscas una película?
Asentí levemente, el se colocó su ropa y se fue. Yo bajé a la sala, prendí el televisor entrando a Netflix, navegue un rato hasta decidirme por The King una película protagonizada por mi mejor amigo Timothée.
Me recosté envolviendome en un montón de mantas dejando a la vista solo mi cabeza, miraba a la nada, hasta que oí que abrían la puerta.
—¡He vuelto!—Dijo mi chico que traía con el una bolsa repleta de chucherías caminando hacía mi.
—Te extrañé demasiado bebito —Respondí sentandome y abriendo mis brazos para que me diera un cálido abrazo.
—Solo me fui unos momentos cariño—Me abrazó levantándome del sillón, logrando que soltará una risita—He traído muchas cosas, tu helado favorito y pastillas amor.
—Gracias Dacre—sonreí y besé sus dulces, esponjosos labios—Eres el mejor.
—Cómo dije antes, lo que sea por mi princesa.
Y así pasamos la mayor parte del día, viendo películas, abrazados, mientras el me mimaba y cumplía mis caprichos.
—Quien lo diría, detrás de ese chico malo hay un tierno Dacre—dije acariciando su pecho viéndolo a sus bellísimos ojos.
—Soy más tierno de lo que parezco, pero solo con mi novia—Reí a su respuesta y nos besamos nuevamente.
Creo que esto de la menstruación me está gustando un poco más de lo que pensaba.
