Después de unas largas dos semanas de castigos, Clarisse ya había terminado con ellos. Su piel tenía las horribles cicatrices y estaba segura que jamás desaparecerían del todo. No sabía que haría para ocultarlas a Bill.
Clarisse comenzó a caminar hasta la biblioteca, cuando un chico de primer año se topó con ella.
—¿Eres Clarisse Diggory? —el niño preguntó.
—Si... ¿Que sucede? —Clarisse lo miró con curiosidad.
—El profesor Dumbledore me pidió que te buscará. Quiere hablar contigo —el niño dijo con rapidez, después de terminar dió una enorme sonrisa que lo hizo ver bastante tierno.
—Gracias por el aviso, iré para allá.
Clarisse se despidió del niño, el cual hizo exactamente lo mismo, pero moviendo su mano de un lado a otro. Había visto varias veces al chiquillo en la sala común de Gryffindor y le parecía bastante tierno, ya que era bastante pequeño en comparación a los demás.
Clarisse no tenía idea de la razón por la que Dumbledore quería verla, pero le restó importancia. Cuando estuvo frente a la entrada recordó que no sabía la contraseña, pero en el momento en que se acercó, Dumbledore bajo por ella.
—Es bueno verla de nuevo, señorita Diggory —Dumbledore le dijo calmadamente— acompañeme.
Clarisse asintió con la cabeza y subió junto con el hombre hasta que los dos juntos entraron al despacho. Dumbledore la dejó pasar primero y después cerró la puerta detrás de él.
Clarie no sabía que preguntar, pero siguió el ejemplo del profesor de sentarse en una de las sillas disponibles. Aquel lugar seguía siendo maravilloso para ella y mucho más grande de lo que recordaba.—¿Pasó algo malo? —fue lo primero que Clarisse preguntó.
—Para nada, señorita Diggory. Al contrario, tengo una noticia para usted —Dumbledore la miró por encima de las gafas— es sobre su hermano.
El corazón de Clarisse dió un brinco al instante. Ella había estado preocupada por él cada momento desde que supo que estaba vivo y recuperándose. Dumbledore le acababa de decir que no era algo malo, así que el miedo que tenía todos los días había disminuido en ese instante.
—¿Ya está mejor? —Clarisse le preguntó titubeante.
—Ya despertó —Dumbledore sonrió levemente ante la felicidad que irradiaba la chica— aún está bastante débil, pero eso es un gran progreso.
—Es mejor que nada —Clarisse respondió— estoy tan feliz. ¿Cree que pronto podré verlo?
—Pienso que si, pero es mejor esperar un tiempo más. Aún tiene problemas para comer por si solo, además aún no estamos muy seguros que sucederá en cuanto a Voldemort —Dumbledore le explicó.
—Lo entiendo, profesor —Clarisse lo miró fijamente— ¿Mis padres...?
—Ellos están bien. Cuidan todo el tiempo del señor Diggory y no hay rastro de que los estén buscando —Dumbledore le respondió.
—Que alivio —Clarisse murmuró para si misma— ¿No dijeron nada para mí?
—No lo hicieron.
Clarisse asintió nuevamente con la cabeza y después se despidió del profesor Dumbledore. Ella estaba completamente feliz por el progreso de Cedric, pues Madame Pomfrey había dicho que sería algo tardado que pudiera recuperarse al cien por ciento, pero que despertara había sido lo mejor de todo.
En cuanto a sus padres, estaba aliviada de que estuvieran a salvo, pero le entristecía que ni siquiera se acordarán de ella. Sabía que su hermano la estaba pasando mal y que ellos debían estar todo el tiempo pendientes, pero por lo menos pudieron preguntar por ella. Eso la rompía por dentro. Solo esperaba que algún día se dieran cuenta que también tenían una hija.
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Clarisse ⟨••Bill Weasley••⟩
Fanfiction(COMPLETA) Clarisse Diggory jamás imaginó que a partir del torneo de los tres magos las cosas se pondrían feas, mucho menos que a pesar de la desgracia encontraría a alguien que la haría feliz en los momentos oscuros. (Basada en los libros)