Capitulo 58

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Los Mortífagos lanzaron varios hechizos aturdidores. Clarisse hizo que todos se les adelantaran y con todas sus fuerzas tomó un poco más del peso de Hermione para que Neville avanzara más rápido. Una vez que Harry entró en la puerta, salió para ayudarlos con Granger. No es que fuera gorda, pero en ese momento era peso muerto. Después de que entraron todos, Clarisse cerró la puerta justo a tiempo para cerrarle la puerta en las narices a Bellatrix Lestrange.

—¡Fermaportus! —gritó Harry.

En ese instante solo se escucharon tres cuerpos chocar contra la puerta.

—¡No importa! —exclamó una voz de hombre— ¡Hay otras entradas! ¡LOS TENEMOS, ESTÁN AQUÍ!

—Vamos, tenemos que irnos de aquí cuanto antes —Clarisse les hizo un señalamiento con la cabeza hasta la puerta que tenían enfrente.

Neville estaba herido y cargar con el peso de Hermione no le servía para nada. Clarie agarro fuerzas y subió a Hermione sobre su espalda, tomando sus piernas flácidas y envolviéndolas alrededor de su cintura. No podía correr erguida por el peso, pero aún así avanzó lo más rápido que pudo. Neville solo podía agradecerle con la mirada mientras la cubría.
Después de cruzar el umbral de la puerta se toparon nuevamente con la Estancia de los Cerebros, en la cual también habían varias puertas. Aquello parecía no terminar.
Enseguida escucharon pasos en la sala circular: otros mortífagos llegaban para sumarse a los primeros.

—¡Luna, Neville, ayúdenme! —Harry les dijo fuertemente.

Las piernas de Clarisse temblaban debido al peso que tenía encima, incluso podía sentir los calambres en la parte baja del pie. Los susodichos recorrieron la habitación y sellaron una a una las puertas.
Se oían pasos que corrían por detrás de las puertas, y de vez en cuando algún cuerpo se lanzaba a la fuerza contra una de ellas y la hacía crujir y temblar. Luna y Neville, mientras tanto, encantaban las puertas de la pared de enfrente. Cuando Clarisse se acercó con cansancio hasta el final de la habitación, oyó que Luna gritaba.

—¡Ferma... aaaaaah!

Se dio la vuelta y la vio saltar por los aires mientras cinco mortífagos entraban en la habitación por la puerta que ella no había logrado cerrar a tiempo. Luna chocó contra la mesa, resbaló por la superficie y cayó al suelo por el otro lado, donde se quedó desmadejada, tan quieta como Hermione. Clarisse sabía que no iban a poder contra los demás, así que en el fondo rezaba por qué los miembros de la Orden aparecieran pronto para darles una ayuda.

—¡Detengan a Potter! —chilló Bellatrix, y corrió hacia él.

—¡Eh! —gritó Ron, el cual se había puesto de pie y avanzaba dando tumbos hacia Harry, sin parar de reír— ¡Eh, Harry, ahí hay cerebros, ji, ji, ji! Qué raro, ¿verdad, Harry?

—Ron, ven para acá —Clarisse lo llamo tensamente, pero el chico ni siquiera le presto atención.

—Quítate de en medio, Ron, agáchate.

Pero Ron apuntaba al tanque con su varita.

—En serio, Harry, son cerebros. Mira, ¡accio cerebro!

La escena se detuvo momentáneamente. Clarisse, Harry, Ginny, Neville y los mortífagos se dieron la vuelta instintivamente para observar el tanque, y vieron que un cerebro salía como un pez volador del líquido verde: en un primer momento se quedó suspendido en el aire, pero a continuación se dirigió volando hasta Ron, mientras giraba sobre si mismo, y unas cintas de algo que parecían imágenes en movimiento salieron despedidas de él.

—¡Ji, ji, ji! Mira, Harry —dijo Ron contemplando como el cerebro desparramaba sus llamativas tripas por el aire— ven a tocarlo, Harry, seguro que tiene un tacto genial.

Clarisse ⟨••Bill Weasley••⟩ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora